Fue galardonado con la Concha de Plata del Festival de San Sebastián por su interpretación en Yo, también junto a Lola Dueñas. Pablo Pineda abandera el colectivo Down desde que a los ocho años empezara a salir en televisión. Pionero en todo, a sus treinta y cinco años, tras haber pasado por la universidad, se prepara para opositar como administrativo.
Ávido de nuevos retos que emprender, el primer universitario con Síndrome de Down, debuta en la gran pantalla de la mano de Lola Dueñas con Yo, también, una entrañable historia de amor que intenta normalizar la visión que tiene la sociedad sobre el Síndrome de Down. Su interpretación en la cinta que dirigen Álvaro Pastor y Antonio Naharro no sólo le ha valido la Concha de Plata del Festival de San Sebastián, también le ha cambiado la vida.
-¿Te ha cambiado la vida esta experiencia?
-Mucho, antes de hacer esta película era más confiado, demasiado inocente quizás. Rodar esta película me ha curtido como persona y me ha hecho madurar, me ha dado una óptica más amplia de la vida. Los Down somos demasiado confiados, no tenemos recámara pero a medida que vas tratando con la gente te vas dando cuenta de que eso no puede ser así, que hay que luchar.
-¿Vas a seguir por el camino de la interpretación?
-Es un tema complicado, no voy a aceptar cualquier oferta que me hagan para actuar, tengo que anteponer no sólo mi imagen sino también la imagen del colectivo Down. En esta película han tratado el tema del Síndrome de Down con mucho cariño y una gran sensibilidad, han dejado muy alto el listón.
-¿Cómo preparaste el personaje?
-Fue un proceso arduo, me llegaba el guión a casa y lo estudiaba con detenimiento viendo en qué momento emotivo se encontraba el personaje en cada secuencia. Llené las páginas de apuntes para diferenciar lo que sentía yo de lo que sentía el personaje porque si no me implicaba demasiado e iba a acabar haciéndome daño.
-¿Crees que es realista la película?
-Se ajusta bastante a la realidad, las personas con Síndrome de Down se enfrenta a menudo al problema de la indefensión y los prejuicios, tienen esa necesidad de tener que demostrar siempre y la sensación de que su mundo interior pasa desapercibido. Todos los problemas que plantea la película existen en la realidad por desgracia, pero como casi siempre, la realidad supera a la ficción.
-¿Cual es tu mejor consejo para el colectivo?
-Qué no tengan miedo, que hagan cosas nuevas y diferentes. Hay que arriesgarse y vivir nuevas experiencias, estar en casa rodeado de cuatro paredes no es bueno, lo bueno es explorar el mundo.
-¿Te ha cambiado la visión del cine que tenías antes de rodar esta película?
-Mucho, pensaba en el director de cine como un erudito egocéntrico y me he encontrado con dos pedazos de panes que se han acabado convirtiendo en mis amigos.
-¿Cómo estás viviendo la experiencia de ser el primer universitario Down?
-La universidad ha sido una experiencia agridulce, además de poder estudiar una carrera he conocido a mucha gente nueva pero pensaba que los universitarios serían de otra pasta, he compartido muchas cosas con ellos pero no he conseguido hacer ninguna amistad duradera, los compañeros desaparecen de buenas a primeras como si la tierra se los hubiera tragado.
-¿Cómo ha sido trabajar con Lola Dueñas?
-Magnífico, es una gran persona, divertida y alegre. Lola es una actriz impresionante, se mete tanto en el papel y alcanza tan alto nivel de concentración que a veces me daba miedo.
-¿Cómo se tomó tu familia esta aventura?
-Mi familia siempre se lo ha tomado todo de manera muy realista, al principio no me veían como actor, pero poco a poco el verme ilusionado con el proyecto les hizo cambiar de opinión. Ahora que me han otorgado la Concha de Plata tampoco se lo creen, estamos todos como en una nube. Me ha llamado todo el mundo, los amigos, la familiar e incluso los políticos, esas han sido las llamadas más curiosas.
-¿Crees que la película gustará al colectivo Down?
-Creo que gustará, especialmente a chicos de más de veinte años, ellos van a ser los que más se identifiquen conmigo.
-¿Hay algo que tu no puedas hacer?
-Claro que lo hay, nadie es capaz de hacerlo todo, tenga Síndrome de Down o no.
-¿Te ves como actor?
-No, necesito más estabilidad emocional en mi vida, no puedo depender tanto del éxito o el fracaso como dependen los actores, es una profesión llena de vaivenes emocionales, mi vida no puede depender tanto de la fama, quiero vivir independientemente de la fama que tenga.
-¿Qué te ha costado más de esta experiencia?
-El desnudarme emocionalmente, sacar todos mis miedos y dar rienda suelta a mis deseos delante de la cámara.
-¿Se os trata de manera paternalista todavía a los Síndrome de Down?
-Mucha, es muy común esa visión paternalista de los Síndrome de Down, la película intenta acabar con eso, darle normalidad al colectivo y que la gente entienda que no hay que hablarles como si fueran niños.
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27/12/2009