Como colofón internacional en el Bicentenario del nacimiento de su inventor
- Durante varios días se darán cita los tres grandes organismos internacionales: el Consejo Mundial del Braille; el Consejo Iberoamericano del Braille, y la Comisión Braille Española
- Se tratará de unificar el Braille y mejorar su adaptación internacional a las nuevas tecnologías
Madrid se convertirá durante la semana del 3 al 7 de noviembre en la Capital Mundial del Braille, ciudad elegida para poner el colofón a los actos internacionales celebrados con motivo del Bicentenario del nacimiento de Louis Braille, el inventor del sistema de lectoescritura para ciegos que permitió a las personas con discapacidad visual incorporarse a la era de la información y el conocimiento.
Como acto final de estos acontecimientos que han tenido lugar en todo el mundo, entre los días 3 y el 7 de noviembre, los principales organismos internacionales que velan por la regulación y el buen uso del braille y su difusión internacional se dan cita en Madrid para tratar de reforzar su compromiso bajo la idea de que "este año, los puntos juegan a nuestro favor".
Dichos organismos son el Consejo Mundial del Braille (CMB), enmarcado en el ámbito de la Unión Mundial de Ciegos (UMC), que representa a 12 países -Australia, Canadá, Francia, Alemania, Noruega, Reino Unido, Estados Unidos, India, Argelia, Jordania, Uruguay y España-; el Consejo Iberoamericano del Braille (CIB), integrado por Brasil, Argentina, Portugal y España; y la Comisión Braille Española (CBE). En total, 15 países de todo el mundo, reunidos con el objetivo común de impulsar el Braille como la base del conocimiento para las personas con discapacidad visual. La UMC representa a 161 millones de personas ciegas y deficientes visuales en los cinco continentes como portavoz de la ONU.
A lo largo de las diferentes reuniones de trabajo se abordarán temas como la evaluación de los problemas relacionados con las representaciones braille adecuadas para imágenes y dibujos en los libros de texto impresos para los más pequeños; la creación de una base de datos en relación a e-bibliotecas y bibliotecas internacionales que prestan libros en braille; la promoción de la enseñanza y el uso del braille a través de directrices concretas dirigidas a niños ciegos pequeños, adultos ciegos recientes y/o niños ciegos con discapacidad múltiple; o la recomendación a la UNESCO para que apoye la celebración de una conferencia internacional para fomentar y finalizar la unificación de los códigos braille, entre otros.
Del sistema manual a las nuevas tecnologías
El alfabeto inventado por Louis Braille entre 1825 y 1829 utiliza una combinación lógica de seis puntos distribuidos en dos columnas verticales de tres puntos cada una, adaptados perfectamente a la percepción a través de la yema del dedo. En aquella época proporcionó a los ciegos la posibilidad de acceder a la educación, a la cultura, a la comunicación, no oralmente como hasta entonces, sino de forma escrita.
En la actualidad, el uso de las nuevas tecnologías adaptadas a las personas con discapacidad visual, basadas en el uso de síntesis de voz, facilita, por un lado, el acceso a la información y el conocimiento de estas personas, pero el braille sigue siendo imprescindible en la alfabetización y en aprendizaje de muchas materias.
Por ello, el braille permite a las personas ciegas -y especialmente a las personas sordociegas- a utilizar medios informáticos, lo que les ha abierto múltiples posibilidades laborales, de educación o de ocio. Entre ellos destacan las "líneas braille", periféricos que transforman en caracteres braille la información contenida en las pantallas de los ordenadores; las impresoras personales; o los anotadores digitales que, aunque pueden proporcionar la información en voz sintética o en Braille, utilizan un teclado de este sistema para la introducción de los datos.
Hoy en día el uso del código braille tiene un carácter universal, al igual que el de las nuevas tecnologías, porque se utiliza en todos los idiomas, incluidos el chino, el japonés, el árabe, o en lenguas más minoritarias. Esto hace necesaria la figura de un organismo internacional fuerte que trate de regular su utilización.
El Consejo Mundial del Braille
Uno de los principales objetivos de la reunión, que se celebra en estos días en Madrid es la reactivación del Consejo Mundial del Braille (CMB) como figura garante del código universal braille. Ya desde su creación en el seno de la UNESCO, en 1950, jugó un papel muy importante tratando de preservar la unidad en aquellos puntos que podían ser comunes a varias lenguas, y contribuyó a que se aplicara el braille a lenguas menos comunes que el inglés, el francés o el español.
Junto a él, en un ámbito más concreto, trabajan el Consejo Iberoamericano del Braille (CIB), integrado por la Organización Nacional de Ciegos de Brasil (ONCB), la Unión Latinoamericana de Ciegos (ULAC), la Asociación de Ciegos y Amblíopes de Portugal (ACAPO) y la ONCE; y la Comisión Braille Española (CBE), integrada por miembros de la ONCE. Todos ellos persiguen la unificación universal de un código que ha perdido cierta unidad en el uso de algunos signos debido a la adecuación de las diferentes lenguas a las nuevas tecnologías.
Fuente: Once
http://www.esdiari.com
24/12/2009