Un taller de «danzaterapia», diseñado en el Centro de Referencia Estatal de Salamanca, y otro de estimulación global basado en la fórmula de un famoso programa televisivo y titulado «Un, dos, tres, a recordar esta vez», desarrollado en el Centro de Día «Ciudad Jardín» de Zamora son dos de las experiencias prácticas que se mostraron en las IX Jornadas sobre la Enfermedad de Alzheimer, centradas este año en las terapias no farmacológicas. «Hay experiencias innovadoras que realmente funcionan y consiguen resultados. Logran retrasar esa progresión de la enfermedad y mantenemos las capacidades de los pacientes mediante rehabilitación y estimulación cognitiva o funcional», explicaba Manuel Figueruelo, director de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Zamora.

Incluso el «apagón analógico» de la televisión y la aparición de la nueva TDT puede ser positiva para poder acercar este tipo de terapias sin fármacos a los hogares de los pacientes, señaló la neuropsicóloga Eva María Arroyo. «El gran avance que vamos a presentar es la aplicación de nuevas tecnologías en estas técnicas de rehabilitación neuropsicológica. Es decir, usando mundos virtuales donde el avatar es el propio enfermo y puede aprender por ejemplo un desplazamiento que casi siempre hace primero en ordenador y después por él mismo en el sitio preciso. O aplicando técnicas de comunicación a través de la TDT interactiva, que puede llevar la evaluación y estimulación al propio domicilio del paciente, gracias al apagón analógico».

Rubén Muñiz Schowochert, director de investigación de la Fundación María Wolff lo ideal sería poder curar la enfermedad: «Preferería curarme con una pastilla que tenerme que ir a un centro de día, es mucho más cómodo y espero que en un futuro desarrollemos fármacos lo suficientemente potentes como para que todo esto no pase. Nuestro objetivo final es quedarnos sin trabajo». Hasta que ese día llegue, los tratamientos no farmacológicos (que nacieron en 1958, pero ahora viven un gran auge), están jugando un importantísimo papel en la atención de las demencias de tipo Alzheimer. «Porque hemos visto que los medicamentos todavía no dan grandes resultados, y cuando tienen mayor eficacia es si se asocian con los tratamientos no farmacológicos». Tanto Arroyo como Muñiz coinciden en destacar el «ahorro social» y económico que este tipo de tratamientos proporcionan. Algunos de los cuales está demostrado que pueden retrasar hasta en un año el ingreso en una residencia. «El diagnóstico está cada vez siendo más precoz», apunta Arroyo y «estar un año más en casa, retrasar la institucionalización, supone un gran ahorro tanto para el Estado como para el paciente y sus familias», indica Muñiz. Con las terapias no farmacológicas «estamos hablando de intervenciones clínicamente muy relevantes para la calidad de vida de los enfermos y sus cuidadores».

Las terapias génicas son, hoy por hoy, la esperanza principal de curación de la enfermedad.

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10/12/2009