Un equipo de siete científicos ha dado un giro de tuerca a lo que se sabía hasta el momento sobre lo que ocurre en el cerebro cuando se aprende a leer. En el estudio, que ha estado capitaneado por el director del Centro Vasco de Cognición, Cerebro y Lenguaje de San Sebastián, Miguel Carreiras, y que se publica hoy en la revista Nature, se han identificado varias regiones cerebrales que participan en el proceso de alfabetización, así como la metamorfosis que provoca en este órgano la adquisición de la lectura, y que sugiere que uno de los orígenes de la dislexia no es el que se creía hasta ahora.
La investigación ha sido atípica. Comenzó hace tres años con la búsqueda de personas adultas, de la misma edad, igual nivel sociocultural y variables equiparables. Personas que sólo se diferenciaran en un aspecto: unas debían ser analfabetas y las otras no. Así, se llegó a dos grupos de antiguos guerrilleros colombianos y se examinó el cerebro de los que aprendían a leer y a escribir por primera vez, para compararlo con los que ya sabían. Encontrar este grupo fue una oportunidad única para llevar a cabo la investigación, informó Carreiras, ya que la enseñanza de la lectura se produce por lo general durante los primeros años escolares a la par que se aprenden otras destrezas, con lo que es casi imposible aislar únicamente los cambios que se producen en el cerebro por aprender a leer. Asimismo, estudiar el aprendizaje de la lectura en adultos es complicado, porque su analfabetismo suele estar ligado a problemas neurológicos o a trastornos del aprendizaje, al menos en las sociedades en donde la población está alfabetizada.
El examen a los ex guerrilleros dio sus frutos. Los autores del estudio, que ha sido financiado por el programa Consolider del ministerio de Ciencia y Tecnología, Ikerbasque y el Wellcolme Trust, compararon mediante imágenes de resonancia magnética el cerebro los 20 guerrilleros que habían pasado por un programa de alfabetización y el de los otros 22, todos analfabetos, y descubrieron que aquellos que aprendían a escribir y leer tenían una mayor conectividad entre áreas específicas del cerebro que están implicadas en el procesamiento del lenguaje.
Mayor materia gris
Los resultados mostraron que la densidad de materia gris, aquella en la que se realiza el procesamiento, era mayor en varias áreas de ambos hemisferios en los participantes que aprendieron a leer. Estas áreas son las encargadas del reconocimiento de las letras, la conversión de las letras en los sonidos correspondientes y del acceso al significado de las palabras. La lectura también incrementó la densidad de la materia blanca y la fuerza de las conexiones entre estas regiones de materia gris.
El trabajo, en el que participaron también investigadores del Reino Unido y Colombia, aporta nuevos datos para avanzar en el conocimiento de trastornos del aprendizaje como la dislexia. De hecho, el estudio sugiere que las diferencias cerebrales que se han observado en personas disléxicas, más que la causa, parecen ser una consecuencia de las dificultades en el aprendizaje de la lectura. Los estudios en disléxicos han mostrado que poseen una menor densidad de materia gris y de materia blanca en las mismas regiones que la investigación actual muestra que aumentaron con la alfabetización. Con lo que una de las teorías sobre el origen de la dislexia quedaría desmontada. «Tenemos por delante un abismo a nuevas investigaciones en este trastorno y en otros relacionados con el procesamiento semántico», apuntaron desde el centro neurológico donostiarra.
No es el único descubrimiento que hicieron. En otra línea, los investigadores observaron que las conexiones se establecen desde y hacia un área del cerebro conocida como giro angular. Aunque los científicos conocían su participación en el proceso de lectura, hasta ahora su papel no se había esclarecido al completo. El estudio actual desvela que el giro angular proporciona una anticipación de las letras a partir del significado y no está implicado, como se pensaba, en la conversión de las palabras que se ven a sonidos y significados. «La visión tradicional ha sido que el giro angular actúa como un diccionario que convierte las letras de una palabra en sonidos y en significados, sin embargo, nosotros hemos mostrado que su función es más de carácter predictivo, anticipando letras a partir del significado».
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21/11/2009