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Sólo falta media hora para que comience la función y entre bamabalinas, los actores rematan los últimos detalles de vestuario y maquillaje. Sin embargo, parecen tranquilos. No hay carreras de última hora y todo parece estar bajo control. Transcurridos esos treinta minutos Sisa Mendoza, Paco Candela, Maria Servera, Jesús Rubí, Guillem Isern, René Gurka, David Gutiérrez, Rocío Lato y Juan Antonio Méndez saldrán al escenario para representar la obra Una odissea aspacial en el teatro de la Casa de Cultura de Bunyola. Su público serán los alumnos y maestros del CP Mestre Colom.
Lo que hace especial esta representación son sus actores y actrices protagonistas: chicos con parálisis cerebral, alumnos del centro escolar Pinyol Vermell, gestionadado por Aspace (Asociación Parálisis Cerebral Balears). Han puesto todo su empeño en sacar adelante la obra, un texto elaborado por profesores y escolares.
Cristina Clar, directora del colegio Pinyol Vermell, explica que en 1988 comenzaron a preparar obras de teatro que se representaban con motivo de la fiestas de navidad. "Nos dimos cuenta de que era una actividad buena para ellos, para dar a conocer sus capacidades y también para las familias. Es muy importante para su autoestima", explica. Así, decidieron salir de su centro y mostrar su trabajo al público participando en las muestras y concursos de teatro escolar, en los que han cosechado menciones especiales; o como en esta ocasión, llevando su espectáculo a Bunyola un pueblo que visitan desde hace varios años con motivo de las fiestas patronales.
Una odissea aspacial ha sido creada desde cero en el Pinyol Vermel, aunque años se han adpatado obras ya escritas. Es preciso adapatar los textos y las intervenciones a las capacidades de los alumnos que participan. La puesta en escena, el vestuario y el montaje musical son sus grandes bazas a la hora de presentar un espectáculo atractivo. "Un trabajo duro", en palabras de Cristina Clar, al que dedican tiempo y esfuerzos. Los chicos ven hasta dónde pueden llegar y aprenden a trabajar en equipo.
Se acerca la hora de salir al escenario y Paco y David acaban de ultimar los detalles de su vestuario. Sentados en sus sillas de ruedas, ya tiene bastantes tables. En concreto, David suma ya siete montajes y este año tiene un papel protagonista: el del malvado doctor Morbius. "Me gusta hacer de malo", dice riendo. Paco, es uno de sus malignos ayudantes y dice que, a pesar de ponerse un poco nervioso antes de empezar, sobre el escenario lo hace bien.
Ya quedan pocos minutos para que empiece la función. El patio de butacas se llena con la algarabía del público. En el texto, varios guiños a los clásicos de ciencia ficción como el nombre de la nave de los terrícolas (Interprisse) o el del ordenador central (Hall). La Tierra se encuentra en situación de emergencia por la falta de agua. La misión de la Interprisse es llegar hasta el planeta del doctor Morbius y conseguir la máquina capaz de fabricar el líquido elemento. Antes de conseguirlo deberán hacer frente a traiciones y peligros en un mundo desconocido. Toda una odisea. Aplausos. Se levanta el telón.
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31/10/2009