Se comportan como mitad genios y mitad incapaces. La identificación temprana de este trastorno es clave para la adaptación de estos jóvenes a la sociedad.
Ángel, un joven de 20 años de edad, habla con fluidez español, inglés, alemán, francés, griego, italiano, portugués y sueco, pero es incapaz de captar una frase de doble sentido.
De un lado está el talento. Del otro, la discapacidad para entender el comportamiento social.
Al igual que “El Curioso Incidente del Perro a la Medianoche”, el libro de Mark Haddon, los que padecen este síndrome tienen en común dos cosas:
(1) poseen un talento fuera de serie para llevar a cabo actividades muy concretas, y (2) son incapaces de relacionarse de manera normal con los demás.
Se llama “síndrome de Asperger” y se cree que lo padecieron Albert Einstein, Charles Darwin, Andy Warhol y Steven Spielberg.
Permítanos un paréntesis para recomendarle el libro de Mark Haddon mencionado más arriba. Se trata de una lectura diferente, secuestrante y entretenida. Le va a gustar.
Ahora volvamos al tema que nos ocupa.
Los padres de Ángel (el nombre es ficticio) empezaron a notar que algo no iba bien con su hijo cuando éste tenía tres años: mostraba una fluidez verbal asombrosa, usaba palabras impropias para su edad y tenía fijaciones sobre áreas muy específicas del conocimiento.
Su conducta
Desde el punto de vista social, los chicos con Asperger actúan como si no tuviesen “pelos en la lengua”. Por ejemplo, si el profesor alarga demasiado un tema, pueden decir: “¡Para qué tanto rollo, ya párele de dar tantas explicaciones!”.
Y si están en un ascensor y alguien huele mal, no tendrán reparos en expresar lo que sienten: “¡Qué mal huele esta señora!”.
Quienes los escuchan creen que se trata de niños consentidos, agresivos o mal educados, pero su conducta no tiene nada que ver con la crianza ni la educación.
El comportamiento social es algo que los niños aprenden de sus padres o de manera instintiva al observar la conducta de otras personas; sin embargo, para los niños con Asperger cualquier aprendizaje vinculado a las relaciones sociales resulta difícil de comprender”, explica Juan Francisco Martínez, presidente de la Federación Asperger, quien tiene un niño con el síndrome.
Al respecto, Martínez comenta: “Si quedamos de comer con unos amigos a las dos de la tarde en determinado restaurante, cuando vamos de camino le explico a mi hijo que es posible que los amigos se retrasen, porque si una vez allí, no llegan a la hora indicada, el niño puede ponerse muy nervioso debido a que no es capaz de entender por qué si alguien dice una cosa, puede hacer otra, explica Martínez.
En cierta ocasión, Ángel le dijo a su profesor que tenía “dientes de conejo”, recuerda su padre. Se lo dijo en frente de todos.
Al pequeño le sorprendió la reacción del maestro y de los alumnos; de hecho, la consideró inapropiada porque según él era obvio que el maestro tenía los dientes muy grandes.
Es como llamarle “gorda” a una mujer obesa. Un niño normal probablemente no lo haría, y si lo hiciera estaría consciente de que su comportamiento no es apropiado. Pero para un niño con el síndrome de Asperger llamar “gorda” a una persona que lo es no tiene nada de malo, ya que para él —y para todos—resulta obvio que la señora está pasada de peso.
Peculiaridades
Los que tienen el síndrome de Asperger muestran dificultad para comprender todo lo que se refiere a la socialización, algo que siempre resulta muy extraño para ellos.
Pero tienen una facilidad asombrosa para concentrarse en un tema que sea de su agrado.
Por ejemplo, Ángel enfocó su interés hacia los idiomas, que empezó a estudiar de forma autodidacta, mostrando una gran versatilidad para aprenderlos.
“Para Ángel es muy fácil concentrarse en algo que llame su atención y dedicarse a ello con una energía extraordinaria. Pero no sirve para hacer trabajo en grupo”, señala su padre.
El psicólogo Manuel Posadas lo explica de esta manera: “En realidad son personas con una inteligencia equiparable a la media, pero en algunos casos se ven superiores porque cuando se interesan en un tema lo estudian de una manera casi obsesiva”.
“Los Asperger parecen vivir para su tema de interés y deslumbran con los conocimientos que pueden llegar a tener sobre algo muy específico, pero les cuesta concentrarse en otros aspectos que no sean los de su gusto o preferencia”, señala Posadas.
La psiquiatra Rafaela Caballero coincide. “No es tanto que sean sabios sino que, cuando les interesa algo lo estudian hasta límites increíbles”.
La prevalencia
El Asperger se clasifica dentro de los llamados TGDs (trastornos generalizados del desarrollo) entre los que también se enmarca el autismo.
Según el Catálogo Oficial de Enfermedades Mentales DSM-IV, de la Asociación Psiquiátrica Americana, estos trastornos se caracterizan por una dificultad profunda para socializar.
El Asperger, como el resto de los TGDs, es una patología nueva, por ello, se piensa que son muchos los que la padecen (incluso adultos) y no lo saben. O tratan de ocultar su disfunción desarollando estrategias que les permiten incorporarse a la vida laboral”, afirma Juan Francisco Martínez.
“Hay padres que se dan cuenta de que al niño le pasa algo pero no saben lo que es y, a veces, los médicos tampoco lo saben”, afirma Martínez.
Se desconoce la prevalencia de este trastorno. En España se estima que hay dos casos por cada mil niños, mientras que en Estados Unidos se habla de seis casos por cada mil infantes.
¿Pueden amar?
¿Son capaces de amar las personas con Asperger? Su afectividad es, en cualquier caso, diferente, dicen los expertos. Sienten, pero de otra forma. Y carecen de empatía, ya que no son conscientes de las emociones ajenas.
“Pueden mirarte y no saber si estás sorprendido, asustado o triste. A veces expresan sus sentimientos, pero de manera inapropiada, porque se fijan en detalles que resultan extraños. Por ejemplo, si se trata de una chica pueden fijarse en su cabello y decir: “Me gusta tu pelo, ¿te lo tiñes o es natural?”.
Con la guía adecuada los Asperger pueden obtener un título universitario y desempeñar un trabajo con éxito e incluso tener una pareja sentimental, pero nunca dejarán de tener los problemas de relaciones sociales ya comentados.
http://www.vanguardia.com.mx
13/10/2009