Desde ayer se celebra en Lugo un seminario de gerontología que aborda diferentes puntos de vista a la hora de tratar a los mayores. Hoy, dentro de estas jornadas, se hablará de los problemas conductuales asociados a las demencias. La ponente Sara Iglesias, psicóloga y directora de la residencia Abrente (del grupo Geriatros) de Carballo, da una serie de pautas para afrontar estos brotes, que se basan en la seguridad del enfermo y en la necesidad de centrarlo: «Cuando surge una crisis -explica- es importante hacer que vuelva a la realidad».
Desinhibición
A muchos mayores les da por desnudarse. Si eso ocurre, hay que comprobar que la ropa no les molesta, ya que «a veces se quitan la ropa simplemente porque tienen calor» y es muy importante también «no sobresaltarse ante su actitud» porque si ven que causa sorpresa o risa eso les anima a seguir haciéndolo. Como normal general para estas personas, «es importante vestirlas con prendas cómodas, holgadas, y que no se puedan quitar fácilmente», como camisas con botones en la espalda.
Delirios
Son habituales los celos, el miedo a ser envenenado o la idea de haber sufrido un robo. «Ante cualquier creencia irracional, debemos intentar desmontarla. Si piensan que les han robado la cartera, por ejemplo, hay que ir con ellos a la habitación y buscarla. Casi siempre aparece enseguida porque lo que ocurre es que la han colocado en un sitio que no es el suyo».
Agresividad
Es muy común que griten o que no quieran comer, lavarse o tomar un fármaco. Lo primero es buscar una causa razonable (que les moleste la luz, que el agua esté fría...) y, si no la hay, debe «hablárseles pausadamente, de frente y tocándoles», aunque con voz firme. Si no se consigue que en esa ocasión hagan lo que deben, es mejor dejarlo, «intentarlo más tarde». Lo que hay que tener claro, recalca Iglesias, es que «muchos trastornos de conducta no se pueden atajar porque se deben a un problema neurológico. Si su cerebro no procesa esa información, nada se puede hacer». «La experiencia es la mejor maestra -dice Sara Iglesias- porque uno descubre trucos para conseguir que hagan lo que uno quiere». Hay que ser creativos y seguir esa técnica de la prueba-error.
Deambular
Ante el riesgo de que paseen sin control y despistados, «hay que tenerlo todo despejado» para que no se golpee y es conveniente que la persona «esté siempre identificada» por si se pierde en la calle.
Alucinaciones
Ver cosas que no existen o creer que están en otro lugar es habitual. Ante esta crisis, «no debemos negarles la alucinación porque eso puede ponerlos agresivos. Es difícil razonar y no va a servir de mucho». Entonces, lo mejor es «tranquilizarlos y distraerlos, haciéndoles volver a la realidad».
http://www.lavozdegalicia.es
24/05/2009