Sus hijos sencillamente no entienden lo que leen. Viven, si acaso, en imágenes. Por ejemplo, "les preguntan qué edad tendrán dentro de cinco años, y ellos se imaginan un cinco enorme, con otro número dentro". O "les piden que citen tres nombres de lo que sea y no contestan, porque citar para ellos es quedar con alguien".

La dislexia, esa desconexión con la realidad: cambian letras de sitio, confunden conceptos, fracasan en los estudios, "incluso se ven abocados a la delincuencia... o hasta intentan suicidarse", explica Alfonso Callejas, presidente de Dislexia Sin Barreras. Él lo sabe bien: su hijo, disléxico, lleva ya un intento de suicidio.

"Nadie sabe nada de la dislexia, a nadie le importa, las instituciones apenas se ocupan de ello, pero hay una que lo tiene en el absoluto olvido", dice Alfonso. Se refiere a la Comunidad de Madrid. "Madrid pasa de la dislexia", enuncia. Y se explica: "La Comunidad no trata en Sanidad la dislexia: ha enviado una circular para que se saque de la atención primaria. Remite a los padres a los colegios, ¡pero ahí tampoco se trata la dislexia, porque los pedagogos están absorbidos por los niños de educación especial, por los subnormales!".

La queja es ésa: "Los poderes públicos madrileños pasan del problema", dice Alfonso, cuya organización agrupa a unas 550 familias. Los damnificados: "Miles de niños, pero ni siquiera se sabe cuántos: no se han hecho estudios en España de cuántos. Pero hablamos de muchos: en EEUU hay expertos que dicen que hasta un 10% de la población podría tener dislexia, entre la más aguda y la más leve".

La Comunidad se defiende. Primero, por el flanco sanitario: según la viceconsejera Ana Sánchez, "aquí nunca se ha tratado la dislexia porque no está contemplado en el Sistema Nacional de Salud; lo que sí se estaba haciendo era pagar a logopedas privados para que trataran casos de dislexia evolutiva. Se estaba pagando a logopedas privados para tratar casos no patológicos. Eso es lo que se ha suprimido. Era irregular: se pagaban facturas para trastornos que son puramente de lectoescritura".

Luego, por el flanco educativo, visto que la Sanidad se quita efectivamente el problema de encima: "La Comunidad tiene 445 maestros especializados en Audición y Lenguaje, y equipos de orientación educativa y psicopedagógica", y se refiere a la cadena de profesores y tutores como garantía de que la dislexia se trata.



Artilugios especiales

Sin embargo, "los inspectores nos dicen que no se trata, los profesores no explican que están desbordados, los pedagogos apenas tienen tiempo para trata a los de necesidades especiales... Una vez más, nuestros hijos están abandonados", dice Alfonso Callejas.

Aseguran que en los colegios de Aragón "se usan tableros PC, unos artilugios tecnológicos especiales, para que entiendan los conceptos por medios que no son los escritos, en Baleares se puede hacer la selectividad por esos medios, en Canarias también están muy encima del tema... Pero Madrid lo tiene absolutamente abandonado".

Cuentan en la asociación que un niño con dislexia "tiene que hacer 20 veces más esfuerzo que cualquier otro para entender lo que lee", y que el idioma castellano es más difícil para detectar este trastorno "porque es transparente, porque fonéticamente se habla como se escribe".

http://www.elmundo.es
9/04/2009