El ácido docosahexaenoico (DHA) es uno de los nutrientes requeridos por el cerebro y los ojos durante las cruciales etapas del desarrollo.
Es necesario un suministro adecuado de DHA para el continuo desarrollo cerebral a lo largo de la niñez y la adolescencia. Este ácido graso omega-3 es materia de construcción esencial para el cerebro y la retina de los ojos. El cerebro es grasa en un 60%, siendo el DHA el más abundante ácido graso en el cerebro. Existe una correlación positiva entre el desarrollo visual de los niños y la ingesta de DHA.
Bajos niveles de DHA se han relacionado con cambios en el estado de ánimo, pérdida de memoria y otros problemas neurológicos y visuales. Un investigador ha detectado bajos niveles de DHA en niños disléxicos. Otras investigaciones han demostrado que bajos niveles de ácidos grasos omega-3 contribuyen a tener dificultades en el aprendizaje y trastornos del comportamiento en niños. También se ha encontrado este déficit en niños que sufren trastorno de hiperactividad con déficit de atención.
Varios estudios han demostrado que los niños que toman suplementos de DHA mostraron una significativa mejoría en su capacidad cognitiva, comportamiento, concentración y vocabulario. En otra investigación desarrollada con niños sanos de cuatro años de edad, los suplementos de DHA suministrados estaban asociados con puntuaciones más altas en los tests cognitivos, lo que indica que se deberían incluir niveles adecuados de DHA en la dieta de los niños, en la cual no debería faltar el pescado, sobre todo caballa, jurel, atún y sardina.
Eso de que "a mi niño no le gusta el pescado" es una equivocación. Si los acostumbramos e insistimos desde pequeños a que coman de todo, sano y variado, los niños adaptarán su gusto sin problema a todo tipo de alimentos. Pero si cedemos a sus caprichos y solo les damos de comer "lo que les gusta", estaremos contribuyendo a que crezcan sin los nutrientes esenciales para su salud.
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23/03/2009