La incidencia de problemas visuales en niños ha aumentado en los últimos tiempos, según constata un estudio realizado por la firma jerezana Grupo San Dionisio. De los casi 2.000 niños que se sometieron a una revisión de la vista, unos 1.200 -lo que supone un 60% del total- sufren trastornos de tipo refractivo como miopía, hipermetropía o astigmatismo y un 12% tiene problemas de desviación ocular (comúnmente conocida como estrabismo). También han detectado otras patologías como déficit de acomodación, falta de enfoque e incluso lo que se denomina popularmente como ojo vago.
Según el director del equipo de ópticos del Grupo San Dionisio, Óscar Hidalgo, este incremento se debe a «malos hábitos posturales y a que no hay un buen control. Los padres no acostumbran a llevar al niño al óptico a no ser que detecten algún problema». Esta II Campaña de Salud Visual se ha desarrollado en colegios jerezanos -como La Salle o el Perpetuo Socorro- y en colectivos sociales. Según explican desde la firma, si estas patologías no son tratadas a su debido tiempo, pueden desembocar en dificultades de aprendizaje. «Lo importante es la prevención. Ahora se está tomando conciencia del cuidado de los dientes en los niños y hay que hacer lo mismo con la vista. Deben llevarlos a revisión, al menos, una vez al año», insiste Hidalgo.
Este control, según el especialista, debe incrementarse al inicio del curso académico, además de en los periodos de mayor actividad escolar del segundo y el tercer trimestre». Otro de los motivos de este incremento de trastornos visuales en niños cada vez más jóvenes es la costumbre de leer con los libros demasiado cerca o jugar a las maquinitas también muy cerca».
Síntomas
«Se pueden detectar problemas de visión si el niño se acerca mucho al televisor o a los cuadernos cuando hace la tarea. Otro de los síntomas es un parpadeo constante. Cuando ya lleva algún tiempo sufriéndolo, se suele dar un déficit de aprendizaje lo que puede llevar consecuencias en los resultados académicos», asegura el óptico.
Y es que «un niño que no ve bien no podrá seguir atentamente las explicaciones del profesor en la pizarra, su comportamiento será distraído y le costará realizar sus tareas. Además, sufrirá un lagrimeo constante, dolores de cabeza, mareos frecuentes, enrojecimiento ocular o muecas y fruncirá el ceño con asiduidad».
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26/02/2009