El autismo es descrito como un trastorno del desarrollo producido en la infancia, siendo el cuadro más común dentro del grupo de trastornos del desarrollo.
Los niños lo presentan cuatro veces más que las niñas y consiste en una alteración del desarrollo que se puede detectar dentro de los primeros años vida.
Desde el nacimiento, el autismo se refleja en un desarrollo aparentemente normal durante los primeros nueve meses de vida. Luego y de manera muy sutil, pueden evidenciar retrasos que comúnmente comprometen la esfera de las comunicaciones.
"Las limitaciones más notorias se registran alrededor de los 18 meses, ya que en este momento se espera el logro de ciertos hitos del desarrollo que se manifiestan en cambios fundamentales, los que apoyarán su crecimiento futuro", explica Alejandra Jara, docente de la Escuela de Terapia Ocupacional de la Universidad Andrés Bello.
Según la terapeuta ocupacional, lamentablemente gran parte de los casos en Chile son diagnosticados a edades posteriores.
Síntomas
Los síntomas del autismo se agrupan en tres ejes: limitación en la interacción social, problemas de comunicación verbal y no verbal, y el desarrollo de actividades e intereses gravemente limitados, inusuales y repetitivos.
Estos pueden variar en su manifestación, mermando en diferentes formas su desempeño en actividades cotidianas.
Los primeros signos de alerta pueden ser evidenciados desde la lactancia, observándose dificultades en la respuesta a la presencia de personas a su alrededor o al concentrarse en un objeto excluyendo los demás.
Es común que no respondan a su nombre o lo hagan tras reiterados estímulos. Asimismo, presentan tendencia a aislarse y ensimismarse, evitando el contacto ocular.
El contacto visual es escaso o nulo y tampoco expresan espontáneamente códigos sociales como sonrisas, miradas o entonaciones de voz.
Tratamiento
Si bien aún no tiene cura identificable, existen diversos tratamientos terapéuticos que posibilitan un mejoramiento en la calidad de vida de menores y sus familias.
"El eje del tratamiento es mejorar la calidad de vida del niño y enseñarle nuevas habilidades comunicaciones, motoras, entre otras, con el objetivo de hacerlo más independiente. Existen diversas estrategias para potenciar o desarrollar las áreas en déficit, tornándose fundamental la participación de un equipo multidisciplinario de profesionales, quienes pueden además de confirmar el diagnóstico, apoyar mediante la intervención terapéutica", concluye la docente de la U. Andrés Bello.
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19/02/2009