Los niños distraídos, que tienen dificultad para leer, los que cuando escriben se “comen las letras” o los que tienen mala ortografía tal vez no sean estudiantes desaplicados. Éstas pueden ser señales de una enfermedad llamada dislexia ante las cuales padres y profesores deben estar atentos.
La dislexia se presenta con mucha regularidad en niños varones que en niñas. Suele ser pasada por alto pensando que es falta de interés o de concentración del niño en el colegio, pero en realidad es un trastorno que afecta básicamente la lectura y la escritura.
Por eso, el proceso de aprendizaje que la mayoría de los niños viven con relativa facilidad, para los niños con dislexia es un reto constante que les significa esforzarse el doble que sus compañeritos de clases.
Según la psicóloga Erika de Ávila, lo más importante es diagnosticar el trastorno a una edad temprana. A los 3 años los padres pueden tener indicios cuando el niño se confunde con los colores o al responder preguntas como ¿qué hiciste ayer?; pero el diagnóstico se puede dar cuando el niño está aprendiendo a leer y a escribir.
“De pronto las mamás a veces pierden la paciencia y regañan a los niños cuando se distraen, se niegan a leer o confunden las letras cuando escribe, y resulta que esos son síntomas de dislexia”, asegura la psicóloga.
Tratamiento
La dislexia es un trastorno que va a acompañar al niño por el resto de su vida.
Por eso, entre más pronto se diagnostique y se inicie el tratamiento, más fácil será para él vivir la etapa del colegio y llegar a la adultez consciente de su condición pero con las herramientas y técnicas necesarias que lo ayudarán a desempeñarse sin problemas.
De Ávila explica que “si no se busca la asesoría lo más pronto posible el tratamiento va a ser más difícil y le va a costar más, lo que va a desencadenar otros problemas en el niño, como frustración, ansiedad o baja autoestima al sentir que no rinde como los niños de su edad”.
En caso de sospechar de dislexia, dice, hay que buscar la asesoría de un psicopedagogo o de un psicólogo del aprendizaje. Estos especialistas, mediante un test, van a poder diagnosticar la dislexia.
Luego del diagnóstico, el tratamiento se centra en terapias con un especialista y no requiere ningún tipo de medicación.
La psicóloga resalta que lo más importante es buscar la orientación de un psicólogo especializado en aprendizaje que pueda determinar cuáles son las fallas, ya que el tratamiento va a depender de los síntomas predominantes.
Mientras en algunos niños la dislexia se manifiesta al invertir las letras, otros pueden presentar dificultades en la parte motriz (se tropiezan o caen con frecuencia).
De Ávila señala que “el tratamiento debe ser constante porque a medida que va creciendo el niño, los niveles de dificultad y de complejidad de los temas que estudia en el colegio van a aumentar. Los textos que tienen que leer, así como los problemas de matemáticas que tienen que resolver se vuelven más complicados, por eso siempre van a necesitar la asesoría de un especialista y la ayuda y comprensión de los padres y profesores”.
Causas
Aunque generalmente se habla de dislexia en niños, porque es la etapa en la que se descubre, este trastorno también se puede presentar en adultos, ya sea porque no se diagnosticó desde la niñez o porque en un accidente se lesiona el hemisferio izquierdo del cerebro.
“Algunas teorías afirman que en los disléxicos se produce una disfunción en el hemisferio izquierdo del cerebro, un fallo en la velocidad del procesamiento, lo que le dificulta al niño o al paciente procesar los cambios rápidos de estímulos o de sucesiones tanto en el campo visual como en el auditivo”, informa la psicóloga.
Si la dislexia es adquirida (producto de un accidente), el tratamiento va a ser igual que el de la dislexia evolutiva que se presenta de forma desde la infancia.
La psicóloga señala que los trastornos de dislexia no tienen nada que ver con la inteligencia. Por el contrario, los niños con este trastorno suelen tener mucha imaginación y pueden llegar a ser muy hábiles y brillantes si se les brinda el estímulo adecuado en las áreas en las que tienen fortalezas.
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8/02/2009