Desear que su bebé sea el mejor en todo momento puede parecer una intención natural de cualquier padre o madre; sin embargo, creer que lo lograrán a través de ejercicios de estimulación temprana y someterlos rigurosamente a ellos resulta una moneda en el aire, pues no está científicamente comprobado que niños sanos se conviertan en genios o superdotados al hacer que los practiquen.
Los ejercicios de estimulación temprana surgieron para promover en niños con problemas motores o sensitivos -como los que nacen prematuros, desnutridos o padecen algún tipo de encefalopatía-, el mayor desarrollo posible de sus capacidades, explica Rodolfo Rivas Ruiz, neonatólogo del Hospital de Pediatría del Centro Médico Nacional Siglo XXI.
En el caso de niños sanos, si bien la estimulación temprana no les provoca ningún efecto adverso, sigue sin conocerse el efecto real en su desarrollo.
"Aún es controversial su uso indiscriminado en toda la población", considera Rivas Ruiz.
"Cuando los niños son sanos y la familia está integrada, los estímulos para que desarrolle al máximo sus capacidades se dan de manera natural, por ejemplo, la madre establece un vínculo estrecho con el bebé durante la lactancia y ese se convierte en un elemento importante para que empiece a desarrollar seguridad en sí mismo", agrega Leonel Martínez Duarte, pediatra neonatólogo del Hospital Español.
Mientras no se compruebe la eficacia de la estimulación temprana en niños sanos, los expertos coinciden en que los padres no deben exigir a sus pequeños que desarrollen habilidades inadecuadas para su edad o sus capacidades físicas.
"La cantidad y tipo de estímulos deben estar estrechamente relacionados con las capacidades e intereses del niño", señala el documento Lineamientos Técnicos sobre Estimulación Temprana, editado por el Consejo Nacional de Vacunación, de la Secretaría de Salud, en 2002.
De hecho, los momentos cotidianos como la hora del baño o de comer son ideales para estimularlos y favorecer la interacción afectiva, pues el objetivo de toda actividad es satisfacer su iniciativa y curiosidad.
"La estimulación temprana conlleva a que los niños hagan en su momento lo que tienen que hacer; y en el caso de que haya alguna discapacidad, la estimulación va dirigida hacia el problema específico, para después pasar a la rehabilitación física", dice Martínez Duarte.
Para empezar a entender
La "estimulación temprana" es un conjunto de acciones que tienden a proporcionar al niño sano las experiencias que necesita para desarrollar al máximo sus potencialidades de desarrollo.
La intención de los ejercicios, generalmente indicados por edad, ayudan a los pequeños a coordinar sus movimientos, fortalecer y flexibilizar sus músculos, y al mismo tiempo, a desarrollar una mejor capacidad respiratoria, digestiva y circulatoria, explica la Secretaría de Salud en sus lineamientos.
La estimulación también está dirigida hacia el desarrollo de los cinco sentidos y la percepción, y a desarrollar las funciones mentales superiores como la memoria, la imaginación, la atención y el desarrollo del lenguaje. Incluso promueve la adaptación de los pequeños al medio donde se desenvuelven, dándoles confianza, seguridad y autonomía.
Sin embargo, uno de los puntos más importantes de la estimulación aplicada en niños sanos es el que tiene que ver con el ámbito afectivo, coinciden Rivas Ruiz y Martínez Duarte.
Cuando los padres participan de la estimulación, que es lo más recomendable, se estrecha la relación afectiva.
"No se trata de buscar tener al niño más inteligente, sino al niño más feliz, y eso se logra al incrementar el vínculo padre-hijo o madre-hijo; naturalmente estos niños son más sociables.
"Además, no debemos perder de vista que no necesariamente el niño más inteligente o el más estimulado es un niño más sano, ni el más inteligente resulta el más exitoso en su vida general; aquí aparece la cuestión de la inteligencia emocional contra el coeficiente intelectual", señala Rivas Ruiz.
Muchos padres piensan que integrar a su niño a un programa de estimulación le dará un niño genio, pero lo que hay que evitar es el abandono, porque finalmente si no hay un problema serio de retraso, el niño no requiere tanta estimulación temprana, pues si las condiciones familiares lo estimulan, al final se va a desarrollar sanamente", agrega Martínez Duarte.
Niños que sufren de abandono suelen deprimirse, situación que limita su capacidad de aprendizaje y desarrollo de habilidades, advierte el pediatra del Hospital Español.
De hecho, la compañía y el juego con hermanos, primos y otros niños de su edad, se convierten en un estímulo importante.
En estudio
Para empezar a sustentar científicamente los resultados de la estimulación temprana en niños sanos, investigadores del Centro Médico Nacional Siglo XXI, realizan un estudio.
Desde los 15 días de nacidos, a un grupo de niños les han prescrito ejercicios específicos de estimulación visual, auditiva y olfativa.
"Lo que hemos visto en los encefalogramas de estos niños estimulados, es que reclutan neuronas más rápidamente", explica Rivas Ruiz.
Los logros de los niños estimulados se han medido cada mes desde hace dos años.
"Han logrado metas muy específicas, como sostener su cabeza a los 2 meses, sentarse a los 6 meses, gatear todos a los 9 meses, y caminar a los 11 meses".
Los investigadores decidieron trabajar con niños sanos porque "ya está comprobado que en los que tienen alteraciones del desarrollo sí funciona la estimulación", insiste Rivas Ruiz.
Se sabe también que los niños que logran sentarse a menor edad, sin poner en riesgo su seguridad, tienen mayor capacidad visual y de comunicación; y los que toman leche materna y tienen más contacto, desarrollan mayor capacidad de socialización, agrega el pediatra.
No es que estos niños sean más inteligentes, sino que logran desarrollar sus capacidades naturales en plenitud.
"Aún no sabemos si estos niños van a tener mejor memoria a largo plazo; pero lo que sí sabemos es que tanto estímulo sí tiene traducción en ondas encefalográficas, que las que se registran en un niño que no tiene los estímulos", dice Rivas Ruiz.
La idea es seguir estimulando a los niños, midiendo sus avances hasta que estén en edad escolar y compararlos con niños sanos que no reciben estímulos específicos.
Una hipótesis fuerte es que no habrá diferencia significativa de desarrollo entre los niños sanos estimulados con ejercicios específicos y los no estimulados, pues un niño no estimulado con los ejercicios propios de la investigación puede gozar de un ambiente familiar sano y estrecho vínculo con sus padres, lo que le permitirá desarrollar sus potencialidades.
El nivel educativo de los padres también influye en el desarrollo de los hijos.
"Los bebés de padres con más recursos educativos (nivel licenciatura) tienen un lenguaje mayor, a diferencia de los bebés de padres que tienen un grado menor de educación", indica Rivas Ruiz.
¿Riesgos?
Tampoco se sabe con exactitud si la sobre-estimulación en niños sanos tiene consecuencias adversas en su desarrollo.
"Los resultados parciales de nuestro estudio es que a los niños sanos la estimulación no les provoca ningún evento adverso y sí permite mejorar la interacción con los padres y abuelos", asegura Rivas Ruiz.
Someter a los bebés a una gran cantidad de estrés exigiéndoles que cumplan metas inadecuadas para su edad puede limitar su sano desarrollo, señala Martínez Duarte.
Los bebés y niños sobre-estimulados que tienen una gran carga de estrés pueden desarrollar úlceras gástricas, ver afectado su ciclo de sueño durmiendo poco o estar permanentemente enojado y dejar de cuidar, agrega Rivas Ruiz.
La recomendación es estimular al bebé tanto como uno quiera, pueda y le salga del corazón, siempre sin lastimarlo y con el objetivo de incrementar el vínculo.
"Poco a poco los papás se pueden dar cuenta de las preferencias del bebé y así podrán disfrutar todo momento de la estimulación; debemos recordar que lo que buscamos es tener niños felices", concluye Rivas Ruiz.
ASÍ LO DIJO
"Hoy en día hay un boom de estimulación temprana, pero lo único científicamente comprobado está en niños con déficit motor, sensitivo, o auditivo; con niños sanos, no está claro si la estimulación temprana sirve. Aún es la pregunta del millón".
Rodolfo Rivas, pediatra neonatólogo
TABLA
No lo olvide
La estimulación temprana debe ser oportuna y efectiva, de acuerdo con la edad cronológica y el desarrollo previsto para dicha edad, considerando la individualidad y particularidad de cada niño.
Antes de empezar
Para que los ejercicios no incomoden a los bebés:
-Se sugiere que las actividades se realicen diario o por lo menos tres veces a la semana.
-Preferentemente deben participar ambos padres.
-No se deben realizar ejercicios después de ingerir alimentos.
-En caso de que el niño no quiera realizar la actividad, no forzar la situación.
-Acompañar las actividades con canciones, rimas y juegos.
-Festejar los logros.
TABLA
Ideas útiles
Estos son algunos elementos que es muy probable que tenga en casa y que sirven para estimular a su bebé conforme crezca.
-De 0 a 28 días
Para ayudarle a controlar la cabeza, acuéstelo con el pecho apoyado en una toalla o cobija enrollada, o sobre el vientre de papá o mamá, mientras le enseña juguetes de colores llamativos.
-Un mes
Acérquele una hoja de papel y apóyela suavemente en su rostro para que voltee por sí mismo la cabeza.
-2 meses
Con una brocha, recorra el cuerpo del bebé friccionando ligeramente y nombrando en voz alta cada parte: brazo, mano, pecho, pancita, piernas y pies. Puede hacer lo mismo con una toallita de textura un poco áspera o una torunda.
-3 meses
Dele un pedazo de esponja para que la apriete y suelte, cuidando que no la lleve a su boca.
-4 meses
Haga costalitos de diferentes telas y rellénelos con diversas semillas para que el bebé pueda agarrarlos y sentir diferentes texturas y peso.
-5 meses
Tápele la cara con un trozo de tela y espere a que se lo quite, luego tape su propia cara y anímelo a que se la quite.
-6 meses
Ofrézcale una galletita para que se la lleve a la boca y comience a realizar movimientos de masticación.
-7-9 meses
Dele dos diferentes objetos, por ejemplo: un cubo o sonaja, para que los sostenga en cada mano. Darle uno a la vez.
-10-12 meses
Permítale hacer garabatos o rayones en hoja de papel y con una crayola.
-13-15 meses
Permita que juegue libremente con agua, tierra o arena. Dele recipientes para que los llene y vacíe.
-16-18 meses
Invítelo a subir y bajar de sillas y sillones, dele sillas pequeñas para que aprenda a sentarse solo.
-19-21 meses
Facilítele un frasco de plástico con una tapa de rosca y pídale que lo destape.
-22-24 meses
Permita que le ayude a doblar la ropa, si es necesario usted ayúdelo a hacerlo. También puede darle papeles para que los doble por la mitad.
Fuente: "Lineamientos Técnicos sobre Estimulación Temprana", editado por el Consejo Nacional de Vacunación de la Secretaría de Salud, en 2002.
MÁS INFORMACIÓN
La versión completa de los Lineamientos Técnicos sobre Estimulación Temprana los puede consultar en:
http://www.conava.gob.mx/varios/et.pdf
http://www.impre.com/vida_y_estilo/familia
8/01/2009