No se trata de ponerles las cosas más fáciles a los alumnos con trastornos de aprendizaje como dislexia o déficit de atención e hiperactividad. De lo que se trata es de que aprendan lo mismo que los otros alumnos y que no abandonen los estudios de manera prematura porque en la escuela, el instituto o la universidad les evalúan con unas reglas que les perjudican.
La reclamación de que el sistema educativo se adapte a los alumnos con trastornos de aprendizaje viene tanto de las familias afectadas como de los profesionales de la salud que les atienden. "Son niños igual de inteligentes que el resto de la población escolar", afirma la neuropediatra Anna Sans, coordinadora de la Unitat de Trastorns de l´Aprenentatge del hospital Sant Joan de Déu. "No hay que reducirles el contenido de las asignaturas sino tener en cuenta que tienen una dificultad específica y cambiar el procedimiento de evaluación como ya se hace en otros países".
Por ejemplo, para un alumno diagnosticado de dislexia, los expertos y afectados proponen que se le permitan hacer exámenes orales y, si son escritos, que no se le tengan en cuenta las faltas de ortografía, entre otras medidas.
Para un alumno con déficit de atención e hiperactividad, se propone evitar exámenes excesivamente largos y darle más tiempo para acabarlos. Para un alumno con trastorno de aprendizaje no verbal (TANV, que se caracteriza por déficits de psicomotricidad y de orientación espacial), se propone no tener en cuenta la pulcritud en la presentación de los trabajos, darles hojas pautadas o permitir el uso de ordenador.
"Todo lo que sea ayudar a un niño para que no quede descolgado de la educación es positivo", destaca Fina Castro, jefa del servicio de psiquiatría y psicología infantil y juvenil del hospital Clínic. Las medidas propuestas no se limitan a los exámenes, sino que se extienden a la dinámica de la clase. Por ejemplo, hacer sentar en la primera fila a los alumnos con trastornos de aprendizaje. O no hacer leer en voz alta a alumnos con dislexia para evitar burlas de sus compañeros.
"¿Verdad que a un alumno con miopía le permitimos ir con gafas para que pueda aprender? ¿Por qué no somos igual de flexibles para que alumnos con trastornos de aprendizaje puedan completar su formación?", razona Neus Buisán, presidenta de la Associació Catalana de Dislèxia (ACD).
Para conseguir que estos derechos sean reconocidos en la futura ley de Educació de Catalunya (LEC), se ha constituido una plataforma integrada por la ACD y las asociaciones TDAH-Vallès, Espai-TANV y TANV-Catalunya. La fundación Adana, especializada en TDAH, también tiene previsto unirse a la plataforma, que ya ha mantenido contactos con todos los grupos del Parlament para introducir una enmienda en el proyecto de ley.
Los trastornos de aprendizaje que no se abordan bien en la escuela comportan un riesgo elevado de fracaso escolar, informa Anna Sans, de Sant Joan de Déu. "En muchos casos una persona con un trastorno de aprendizaje tendría que poder ir a la universididad si quisiera". ¿No sería injusto para el resto de alumnos que las normas de los exámenes fueran más flexibles para unos que para otros? "Lo que es injusto es que el sistema educativo no garantice que muchos de estos alumnos puedan terminar por lo menos la ESO", señala Sans.
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1/01/2009