Los niños pueden tener trastornos psicológicos en el lenguaje, puede deberse a diversas causas como la inteligencia del niño, la afectividad y el mundo que le rodea, los estímulos recibidos por su entorno, el nacimiento de un hermano
Hay varios tipos de trastornos del habla en un niño, y los podemos catalogar como:
Disfonia.
Es un trastorno o alteración del tono o timbre de la voz en su emisión provocado: por un funcionamiento prolongado que fatiga los músculos de la laringe o por un trastorno orgánico.
Puede ser crónica o transitoria.
Dislasias.
Es un trastorno o alteración en la articulación de los fonemas o sonidos: bien sea porque se omiten algunos de ellos o porque se sustituyen por otros.
Tipos:
Dislalia evolutiva: propia del desarrollo evolutivo del niño.
Se considera dentro de lo normal, pues el niño está en proceso de adquisición del lenguaje y los errores se irán corrigiendo progresivamente.
Dislalia funcional: no se encuentra causa física ni orgánica en esas alteraciones de articulación.
Puede cometer diferentes tipos de errores: de sustitución (sustituir un fonema por otro), de omisión (no pronunciarlo), de inversión (cambiarlo por el siguiente) y de distorsión.
Dislalia audiógena: la alteración en la articulación de fonemas se produce por una deficiencia auditiva. Dislalia orgánica: la causa puede estar en los órganos del habla (disglosias) o por una lesión cerebral (disartrias).
Disfasias. No hay mucho acuerdo sobre su definición.
Se aplica a aquellos niños con un trastorno severo del lenguaje, tanto en la comprensión como en la producción y cuyas causas no se explican por problemas sensoriales, intelectuales,neurológicos,...
Suelen ir asociadas a otros trastornos (atención dispersa, aislamiento,...)
Afasias.
Trastorno del lenguaje producido por alguna lesión cerebral, despúes de que el individuo haya adquirido el lenguaje.
Hay diferentes tipos según donde se localice la lesión.
Disfemia o tartamudez.
Consiste en la dificultad de mantener la fluidez normal del habla, dando lugar a la repetición rápida de sonidos y/o sílabas, provocando bloqueos al intentar pronunciar una palabra.
Suele acompañarse de otros movimientos corporales (parpadeo, muecas, balanceo de brazos,...) que pretenden encontrar ayuda para superar el bloqueo verbal.
Desaparece espontáneamente en la mayoría de los casos; responde a una tensión propia de entre los 2 y 5 años (edad en la que suele hacer su aparición).
No inquietarse con el niño, sino darle confianza e intentar relajar su tensión.
Los tartamudos no siempre tartamudean; pero una vez se ha iniciado el trastorno, saben con antelación qué palabra les causa el problema y eso puede provocar aún más ese rasgo.
La actitud más correcta estaría en ignorar el tartamudeo temprano del niño, pues cuanta más conciencia tenga éste de su tartamudez, es más fácil que el problema empeore.
Se le hablará correctamente, con paciencia, sin terminar las frases que el niño inicie, ni interrumpirle.
Y favorecer un clima de tranquilidad y relajación (sin prisas), cuando se entable conversación con él.
Si el tartamudeo es grave o no mejora, habrá que buscar la ayuda de algún especialista infantil.
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18/12/2008