Y es que el moldeado de plastilina involucra aspectos esenciales en el desarrollo del niño, como la capacidad de concentración, fijarse metas a corto y largo plazos, facilidad con los procesos de lectoescritura, aprender más fácilmente y tranquilizarse en momentos de mucho estrés o que les exigen estar muy alertas.
Sin embargo, en niños menores de tres años, se recomienda utilizar plastilina casera, que es mucho más blanda que la comercial. “Se prepara con harina y agua, se amasa un poco hasta que tenga una buena consistencia, para que no se les pegue en las manos, y luego se le echa un poquito de colorante comestible y unas gotas de aceite para que el niño la conozca, la manipule y se divierta”.
Trabajar con este tipo de plastilina permite que los niños de muy corta edad se familiaricen con ella, vayan mejorando su motricidad fina y los padres tengan la oportunidad de desarrollar con ellos una actividad que no sólo los entretiene, sino que además permite establecer permanentemente contacto físico. Además, por tratarse de una masa blanda, pero mucho más compacta que la plastina comercial, a los niños se les dificulta partirla en pedazos pequeños y llevarla a su boca.
Los beneficios.
Una de las ventajas que ofrece la plastilina con los niños es que permite desarrollar la motricidad fina, pues al trabajar constantemente con las manos y los dedos, éstos se ejercitan y luego, “cuando llegue el momento de iniciar los procesos de lectoescritura, los niños van a tener mayor facilidad para manejar los lápices, hacer los trazos de las letras y concentrarse”, dice la psicopedagoga.
“Uno de los beneficios principales cuando se trabaja en grupo es que les brinda la oportunidad de socializar con otros niños, porque se ayudan mutuamente, se preguntan entre ellos cómo lograron elaborar una figura, comparten sus avances, aprenden a trabajar en grupo y tienen la posibilidad de ser escultores por momentos y de explorar sus capacidades artísticas”, explica Ligia Cortés, miembro del Centro Integral de Artes.
Además, si no pueden moldear solamente con las manos, cada uno encuentra las mejores posibilidades para hacerlo. Por esto es fundamental que los padres valoren el trabajo y el esfuerzo de sus hijos y los feliciten por sus logros, pero también es necesario que los estimulen para que cada vez hagan mejor sus creaciones.
“El trabajo con plastilina requiere de mucha dedicación; eso permite que los niños se concentren en una sola actividad. Así, mientras su imaginación crea mundos fantásticos, ellos tienen a su alcance la plastilina para materializar los pensamientos que tienen en sus mentes”, asegura Milton Roa, experto en modelado de este material y director de la academia Hecho en Plastilina.
Recomendaciones.
“Al comprar plastilina, los padres deben tener especial cuidado en que no sea tóxica, por el contacto permanente que tiene con la piel, y supervisar siempre el juego de los niños con ella, para prevenir atoramientos. Es preferible comprarlas en almacenes de cadena. Nunca se debe trabajar con plastilina industrial, ésta tiene muchas toxinas porque es para hacer canchas de tejo y minitejo”, dice Milton Roa. Los padres que desarrollen esta actividad con los niños deben tener muchísima paciencia.
Después de usar la plastilina no se deben lavar las manos, porque ésta las calienta y al lavarlas se las somete a un cambio de temperatura muy brusco; hay que esperar unos 10 minutos después de haber terminado. Se aconseja que, mientras se enfrían, se las limpien con una servilleta.
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13/11/2008