La confluencia de distintos puntos de vista es clave para llegar a conclusiones más válidas. En algunos casos pueden ampliarse las opciones y en otros, mejorar las capacidades de comunicación. Brian Neville, del Hospital Infantil Great Ormond Street, en Londres, ha presentado en el curso del Valle de Hebrón su experiencia con el síndrome Worster Drought. Este trastorno y otros similares se originan en los hemisferios cerebrales y requieren una consideración diferente.
El síndrome de Worster "es en el fondo una forma de parálisis cerebral donde no predominan los síntomas motores de las extremidades, sino que prevalece la alteración motriz de todo el conjunto de músculos que permiten succionar, deglutir, masticar y articular el lenguaje", según Neville. Kathy Price, del mismo centro inglés, y especializada en sistemas de comunicación alternativos, considera que "es posible llevar a cabo muchas inciativas que mejoren la relación del paciente con su entorno y permitan adelantarnos a posibles problemas".
Por su parte, Secundino Fernández, jefe de Sección de ORL de la Clínica Universitaria de Navarra, ha mostrado su enfoque en la fisiopatología de la deglución. Fernández ha estudiado con cinerradiografía las diferentes alteraciones en deglución de alimentos. Si bien su experiencia es en adultos, puede extrapolarse a los pacientes pediátricos.
Asismismo, Juan Narbona, jefe de Sección de Neuropediatría en el mismo hospital, se ha referido a las posibilidades de corregir la incontinencia salivar cuando no es posible el control del movimiento lingual.
Y M. Le Metayer, experto en parálisis cerebral de la Facultad de Medicina de la Universidad de París, ha afirmado que "es necesario identificar los trastornos que se presentan en la parálisis cerebral y entender sus consecuencias funcionales. Ello implica que el niño examinado tenga una valoración clínica factorial, haciendo siempre la comparación con el sujeto válido".
Fuente: Agencias
13/01/2003