El ejercicio físico detiene el avance de la enfermedad de Alzheimer, señaló una investigación publicada en la revista Neurology.
El estudio reflejó que en los primeros estadios de este trastorno, los pacientes físicamente saludables presentan una atrofia cerebral menor que el resto de los enfermos.
También demostró que quienes tenían peor condición física presentaban mayor deterioro cerebral, explicó Jeffrey M. Burns, de la Universidad de Kansas (Estados Unidos) quien dirigió el ensayo.
Un paciente con Alzheimer incipiente preservaría su función cerebral durante más tiempo si practicara ejercicio regularmente, agregó.
Burns aseguró que un menor desarrollo cerebral está ligado a una peor capacidad cognitiva, por lo que su preservación (mediante el ejercicio) podría traducirse en mejores habilidades del conocimiento.
El especialista afirmó que aunque se necesitan otros estudios al menos se conoce que la actividad física modera la atrofia cerebral asociada al Alzheimer.
EF
5/07/2008