Con la presentación de la obra ¡¿Quién te entiende?!, la singular compañía Seña y Verbo festeja su aniversario al tiempo que nos acerca a tres historias reales sobre la sordera en México.
Esta es la obra de lo posible. Tres actores, dos de ellos sordos, y una sencillísima escenografía hacen posible el arte, la belleza, la ceremonia escénica, la actuación, la comunicación y, muy sutilmente, una didáctica sobre el universo de las personas sordas. Es el montaje ¡¿Quién te entiende?! Historias reales, dirigida por Alberto Lomnitz, pieza con la cual la compañía Seña y verbo: teatro de sordos alcanza sus 15 años de trabajo en pro del teatro profesional sí, pero también a favor de cambiar la manera en que la sociedad mexicana percibe a los sordos.
A juzgar por los ojos llorosos, los abrazos en silencio o los murmullos y los rostros de desconcierto de los espectadores al salir de la sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque, podría pensarse que algo mágico sucede durante la representación de la obra.
En este trabajo cuya temporada culminará el 27 de abril próximo, Lomnitz se sumerge en la vida de tres sordos: Blanca, Omar y Federico que siendo sordos de nacimiento, hijos de familias oyentes vivieron de manera distinta su sordera. Federico es —según el lingüista mexicano Boris Fridman, un sordo oralizado que a fuerza tuvo que entrar al mundo de lo oral; Blanca, sorda semilingüe que fue una sorda aislada, casi escondida en su casa; y Omar, un sordo señante que representa un caso rarísimo porque sus padres aprendieron la Lengua de Señas Mexicana y lo apoyaron siempre.
“La mayoría de los oyentes tienen ideas equivocadas acerca de lo que significa ser sordo. La sordera es vista comúnmente como un padecimiento, una aflicción o —en el mejor de los casos—una discapacidad.
“La mayoría de los sordos no lo ven así. Ellos se ven como un grupo social minoritario; algo parecido a una minoría indígena, con su propio lenguaje y su muy particular cultura”, escribe Lomnitz en el programa de mano de la obra:
Añade que “la principal diferencia entre los sordos y los indígenas, sin embargo, es que la mayoría de los sordos nacen de padres oyentes, quienes típicamente no están felices de que su hijo sea distinto a ellos.
“Es por esto (y por el negocio que hacen los audiólogos) que tantas compañías asistenciales para ayudar a los niños sordos trabajan en el sentido de curar la sordera mediante aparatos auditivos (inútiles en la mayoría de los casos)”, finaliza Lomnitz.
Una obra también dirigida a quienes oyen
Las historias transitan por diversos estados emocionales, lo mismo provocan una risa espontánea y profunda que pasa por el terrible drama de una persona que es distinta y que nadie comprende, o que su entorno se proponga hacerla normal o simplemente dejarla crecer sin conciencia alguna del mundo y de su diferencia.
Blanca de niña, por ejemplo, nunca supo ni siquiera cómo se llamaba; Federico tuvo que utilizar toda su inteligencia para encajar un poco en el mundo de los oyentes y Omar, a quien sus padres apoyaron siempre, tuvo que enfrentar un secuestro de cuatro meses cuando iba a la escuela solo, pues su padres se propusieron que fuera independiente y tenaz.
Este último personaje sostiene una conversación increíblemente conmovedora con su madre. Después de varios meses del secuestro, tiempo a pesar del cual y de los esfuerzos de sus padres por olvidar el trance, Omar se aferra a la tristeza y al enojo, su madre con palabras sencillas pero amorosas le hace comprender por qué tiene que seguir viviendo, y bien.
Como acepta Lomnitz, ese momento en particular, de la obra, está dirigido no solamente a las personas sordas o a las oyentes. Ese es un valor extra de ¡¿Quién te entiende?! Historias reales, capitalizar lo local o individual con una perspectiva universal.
La obra se presenta en la sala Xavier Villaurrutia del Centro Cultural del Bosque los jueves y viernes a las 20:00 horas, los sábados a las 19:00 horas y los domingos a las 18:00 horas; cuenta con las actuaciones de Haydeé Boetto, Roberto De Loera y Lucila Olalde.
La temporada finalizará el próximo 27 de abril.
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14/03/2008