El centro de discapacitados de Langreo no será una residencia convencional. La dotación del equipamiento está orientada a promocionar la autonomía personal del paciente, a través de una «intensa y adecuada acción rehabilitadora». Para cumplir este objetivo, el centro dispondrá de una «escuela», un prototipo de vivienda donde se entrenan hábitos vinculados con el autocuidado personal y las tareas domésticas. El resto del complejo se organizará en dos grandes áreas: una, exclusivamente asistencial, dedicada a la intervención sobre el discapacitado, y otra, orientada a la investigación.
La unidad residencial cubrirá el alojamiento, la manutención y los cuidados básicos del paciente. Sin embargo, el área asistencial también tendrá una gran zona de rehabilitación estructurada en cuatro departamentos; atención psicosocial, rehabilitación funcional, promoción de la autonomía e integración profesional. El área técnica, por su parte, contará con dos bloques destinados a la investigación y la formación.
El área de atención psicosocial dispondrá de trabajadores sociales y un espacio de rehabilitación neuropsicológica. La finalidad de esta unidad es que el paciente -especialmente en casos de daño cerebral- recupere sus funciones cognitivas: atención y orientación, percepción, aprendizaje y memoria. También se prestará asistencia de logopedia para los usuarios que tengan afectadas áreas del lenguaje y la comunicación. Los tratamientos se centrarán en mejorar la deglución, fonación y respiración del paciente, o facilitarle sistemas alternativos de comunicación.
El departamento de rehabilitación funcional y mantenimiento físico ofertará tratamientos de fisioterapia y atención sanitaria de enfermería, dietética y tratamiento de problemas digestivos. Además, terapeutas ocupacionales se encargarán de poner a disposición del paciente las técnicas y aparatos para que potencie sus capacidades y pueda suplir las carencias de las áreas funcionales afectadas.
También habrá una unidad de promoción de la autonomía y la vida independiente que incluirá la «escuela» en la que los usuarios aprenderán las destrezas para desenvolverse en la vida diaria. Además, habrá terapeutas familiares que prestarán apoyo para que el discapacitado pueda readaptarse a su entorno. Los pacientes también dispondrán de una asesoría jurídica.
La unidad de recuperación profesional supone el último paso de la integración social del paciente y está encaminada a facilitar su reincorporación al mercado laboral. Para ello, el centro tendrá servicios de orientación profesional, así como terapias recreativas y de ocio para favorecer las relaciones interpersonales de los discapacitados.
En la zona técnica, estarán los servicios de referencia, destinados a la investigación y la formación. En concreto, el área de investigación contará con una unidad de documentación con biblioteca, hemeroteca y videoteca especializadas en la asistencia a discapacidades. También habrá una página web y una unidad de prospecciones encaminadas a recabar datos y elaborar informes situacionales sobre las personas con enfermedades neurológicas, lesiones medulares o daños cerebrales. También se editarán publicaciones especializadas.
Asimismo, la unidad de formación desarrollará planes de capacitación para profesionales, propios y externos, y prestará asistencia técnica a otras comunidades y entidades privadas. También cooperará con instituciones de pacientes y familiares, y organizaciones no gubernamentales (ONG).
Cuenca
27/11/2007