Mediante la revisión de la historia personal se logra recobrar con mayor precisión la propia identidad y reconocer si se está viviendo según mandatos ajenos.
El recordar es una práctica que se puede estimular de diferentes maneras, según afirmó la psicóloga Cristina Japaze de Farhat.
Uno de los ejercicios que recomienda debe realizarse por la noche, antes de dormir. Consiste en repasar todo lo que se hizo en el día, de adelante hacia atrás.
“Me puse el pijama, vi televisión, cené, volví de la calle, estuve trabajando... Un rápido examen retrospectivo que permite ejercitar la memoria y a la vez evitar que los recuerdos traumáticos o negativos se fijen en el inconsciente -puntualizó-. Al darles un repaso, aunque sea superficial, se les desmonta las cargas negativas que podrían haber quedado. Si no los traigo a la memoria, van a seguir causando molestias indefinidamente. Al mismo tiempo, esta práctica permite tener más activa la operatoria de recordar”.
Japaze aclaró que los recuerdos nunca aparecen exactamente como fueron. Si uno se pone a contar algo que ha sucedido ayer o el año pasado, no va a contar el hecho tal como sucedió en la realidad, sino algo que está en función de lo que uno imagina, de lo que quiere, de lo que agrega. “Nunca se es totalmente objetivo. Vamos construyendo como escenas e imágenes”, dijo.
La enfermedad paradigmática del no recordar es el mal de Alzheimer. Si no recuerda, la persona pierde la noción de quién es. La única forma de llegar al sí mismo más auténtico es rememorar todas las anécdotas, los cuentos, las historias que componen el cuadro de la trayectoria vital de cada uno.
“Una vez que recordamos quiénes somos, podemos ser capaces de plantearnos si vivimos como nosotros queremos, o en su lugar aceptamos vivir como nos dicen. El recuerdo es un camino para encontrarnos con esa inquietud -indicó la psicóloga-. Ahora que recuerdo, digo: ‘¿Me gusta esta vida, o soy capaz de por fin empezar a hacer la mía, lo que quiero realmente?’ ‘¿Cuántos mandatos estoy sublimando cada día por no percatarme?’ ‘¿No es hora de cambiar?’ Recordar es una práctica para despertar y dejar de ser sometidos, en función de otro, y decir: ‘Ahora quiero vivir mi vida’”.
Japaze propone salir del letargo de la rutina diaria, con su vertiginosidad. “Caemos con mucha facilidad en el automatismo. Vivimos sin pensar. Decimos y hacemos cosas en automático, sin preguntarnos en cuánto de lo que hacemos estamos nosotros mismos”, indicó.
La Gaceta
18/11/2007