El profesor que se pasa horas y horas dando clase sin parar, el presentador de la radio que hace un programa diario de 4 horas o el teleoperador que habla por teléfono durante todo el día. Por muy dispares que sean sus profesiones, todos ellos mantienen un punto en común: son colectivos que para el desempeño diario de sus tareas utilizan la voz. Y precisamente por ello "son colectivos de riesgo ante posibles disfonías ya que todos usan y abusan a diario de su voz sin tomar medidas, sin cuidados específicos y sin darse cuenta del riesgo que entraña el no hacerlo", tal como destaca Mª Eugenia Peralta, logopeda de ISEP Clinic.
De este modo, Peralta advierte que si no se cuida la voz y se abusa repetidamente de ella pueden aparecer las disfonías. Para comprender la importancia del cuidado de la voz se debería considerar -añade la logopeda de ISEP Clinic- que, igual que el violín es un instrumento musical en su conjunto, nuestro cuerpo es, finalmente, el instrumento de nuestra voz, por lo que debemos cuidarlo y prestarle una atención especial.
Teniendo en cuenta esta premisa, para cuidar la voz y prevenir las disfonías se deberían establecer tres estrategias básicas: "Llevar a cabo un trabajo corporal que permita conocer y dominar los mecanismos que intervienen en la fonación; adquirir una serie de hábitos que sean favorables y permitan cuidar adecuadamente la voz y, por ultimo, eliminar conductas perjudiciales que atenten contra la salud vocal".
En un plano mas concreto, es muy importante mantener una correcta higiene vocal. Esto es, mantener hidratado el aparato fonatorio -bebiendo un mínimo de 1,5 litros diarios de agua-, respetar el descanso nocturno, hablar a una velocidad que nos permita coordinar adecuadamente la respiración con la voz, o calentar la voz antes de usarla -cantar bajo la ducha o en el coche puede ser muy útil-.
"También existen hábitos perniciosos que no favorecen el cuidado de la voz y que por tanto es importante evitar", explica Peralta. Entre ellos cabe destacar el hecho de fumar o beber alcohol -ya que irritan el aparato fonatorio-, utilizar ropa que oprima la zona diafragmática (como cinturones o fajas) y frecuentar ambientes ruidosos que indirectamente obligan a gritar.
Es importante destacar que si la disfonía dura mas de 15 días o aparece de manera crónica es necesario visitar al medico especialista en patología vocal.
Colaboración del Departamento de Comunicación ISEP
www.isep.es
21/10/2002