Las manos hablan y tienen cosas para decir, por ello ayer a la hora de la siesta, personas con problema auditivos realizaron una marcha en favor del reconocimiento de la lengua de señas (LSA) como idioma, a través de la sanción de una ley nacional.

La actividad tuvo lugar sincrónicamente en otras partes del país y del mundo. En la ciudad, la caminata que comenzó en la Plaza 9 de Julio y desembocó en la Legislatura fue organizada por la Asociación de Sordos de Misiones (Asmi), que cuenta con 40 inscriptos.

Los participantes fueron acompañados por delegaciones escolares, estudiantes universitarios y vecinos que marcharon aplaudiendo en LSA, es decir, moviendo las manos como si saludaran.

“Sin nuestro idioma no tenemos derechos”, fue la bandera que envolvió la jornada reivindicativa, durante la que las personas que padecen sordera e hipoacusia pidieron por mayor integración y toma de conciencia de la sociedad en general.

Javier Barrias, presidente de Asmi, explicó a través de una intérprete, lo difícil que se vuelve para una persona con problemas de audición salir a buscar trabajo o lograr un buen rendimiento escolar o académico cuando no tiene las mismas posibilidades que el resto de la población.

“Lo que ellos piden es que se contemple la posibilidad de contar con un intérprete de LSA en los lugares públicos, piden que se les respete el derecho a valerse solos, a realizar sus propios trámites”, expresó Ligia Méndez, investigadora y profesora de Educación Especial que acompaña a la asociación y hace años trabaja en este campo.

Méndez subrayó además, la riqueza de esta forma gestual y visual de lenguaje, “la lengua de señas es tan rica y compleja como cualquier otro idioma y mediante ella se pueden expresar las infinitas emociones y estados humanos. A través de las manos se puede amar y crear poesía y fantasear”, afirmó la profesora.

En tanto que alentó a los jóvenes que se encontraban en la plaza a aprender a hablar con las manos:

“No es difícil apropiarse de los gestos y sus significados, funciona como cuando emprendemos el aprendizaje de cualquier idioma y es divertido descubrir cómo cuesta la fluídez”, dijo.

“Aprender LSA despierta competencias que tienen que ver con pensar el mensaje en situación, las maneras posibles de comunicarlo en tiempo y espacio correctos y como todas las lenguas, los niños se la apropian con más naturalidad”, agregó.

Cómo aprender

La lengua de señas es la primera lengua de los sordos. Los niños la adquieren con rapidez y facilidad y les permite desarrollarse con estabilidad emocional y sensación de pertenencia a una comunidad cultural y lingüística.

Luego, con la lengua de señas como cimiento, los chicos sordos pueden aprender la lengua mayoritaria en su modalidad escrita y, simultánea o posteriormente, la lectura labial.

Esta secuencia, permite realmente afianzar los conocimientos, dado que el aprendizaje de una segunda lengua es más sólido cuando los chicos ya han consolidado una primera lengua que les resulta de acceso sensorial completo.

Detección precoz

La medicina ha progresado mucho en cuanto al tratamiento de la sordera y la mejora de la capacidad auditiva de las personas que presentan esta patología.

Según la Mutualidad Argentina de hipoacúsicos, en el país, algo más del diez por ciento de la población sufre algún nivel de hipoacusia.

La realización de estudios a recién nacidos que tengan o no antecedentes familiares, permitiría detectar precozmente algún grado de hipoacusia. Las posibilidades de recuperación entonces, ascenderían notablemente.

Agencias
23/09/2007