Iniciar en la navegación y el mundo del mar a quienes quizá nunca tendrían la oportunidad de hacerlo. Esta es la idea del Proyecto Gavea, Galicia Vela Adaptada, que lleva a cabo la Confederación Galega de Personas con Discapacidade, COGAMI, desde hace seis años. En esta ocasión el "Laion", el barco de la asociación, está en el puerto de A Coruña coincidiendo con la llegada de la IX Volta a Galicia de Vela, en lo que es una más de las actividades que enseñan las primeras nociones de vela a discapacitados tanto físicos como psíquicos.
El origen de la iniciativa tienen mucho que ver con la historia del velero. Hace años fue incautado por el juez Baltasar Garzón a narcotraficantes. Posteriormente fue cedido en guardia y custodia a la Asociación de Discapacitados da Bisbarra de Muros, miembro de COGAMI, que a su vez, lo hay dejado a a disposición de esta confederación.
El trayecto, acompañando a la Vuelta a Galicia, se inició la semana pasada con la ruta entre Ribadeo y Burela. Cada día se recorre un tramo y COGAMI se encarga de que diariamente la tripulación esté formada por los miembros de una asociación de discapacitados diferente. En la última jornada, Cedeira-Coruña, participaron miembros de Aprom de Cariño. Hoy el barco partirá hacia el puerto de Laxe conducido por integrantes de la Asociación de Fibromialxia e Fatiga Crónica de Ourense.
La tripulación del barco está dirigida por tres voluntarios. Joaquín Pose Suárez es el patrón. Un marino mercante jubilado que dedica gran parte del verano a enseñar lo que mejor conoce. Lleva colaborando con la iniciativa desde su creación y dice ser para él una experiencia enriquecedora.
COGAMI ha conseguido que pasen por el velero invidentes, minusválidos o tetrapléjicos. El barco está adaptado para transportar a personas con escasa movilidad, y con la máxima diligencia de seguridad, razón por la que nunca han tenido ningún problema en alta mar. Dice el responsable del barco que permiten en todo lo posible que los invitados al "Laion" participen en los trabajos durante los trayectos. "Es verdad que cada viajero es diferente, las discapacidades no tienen que ver unas con las otras", asegura. Pero, la verdad es que todos quieren participar y están receptivos a lo que puedan aprender.
En el trayecto de Ribadeo a Viveiro fue un joven con Síndrome de Down quien llevó el timón, relataba ayer el patrón. La superación de retos impensables para muchos es el mensaje que subyace a esta iniciativa. "Si dirigir un barco sería difícil para cualquiera, para alguien con movilidad reducida o invidente podría parecer algo imposible", asegura Pose, pero el entusiasmo y la constancia son motivos suficiente para que se logre. El esfuerzo por convertir el barco en un lugar accesible es evidente, un trabajo experimental que consiguió mecanizar y adaptar todo el velero.
El Ideal Gallego
9/09/2007