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Sordera digital, una amenaza para usuarios de los MP3

En los primeros asientos del micro, un joven mueve su pie al son de un ritmo que nadie escucha. Un poco más lejos, otro pasa de la seriedad a la carcajada cada cinco minutos atraído por algún comentario gracioso que sólo sus oídos son capaces de captar. Las escenas también se repiten en las calles. Ver a personas con sus auriculares puestos y un pequeño aparato que cuelga de su pecho o bolsillo, es cada vez más común. Es que por comodidad, accesibilidad y entretenimiento, los nuevos reproductores de música (MP3 y MP4) han logrado imponerse en Mendoza en lo que va de 2007.

Aunque la explosión en las ventas los han transformado en los reyes del momento, estos revolucionarios artefactos pueden provocar consecuencias irreversibles si no se los usa con precaución. Los hechos demuestran que, de no cambiar la manera de escucharlos o modificar el volumen con el que se los fabrica, los jóvenes -que son los mayores consumidores de MP3 y MP4- van camino a lo que se denomina sordera digital.

Las casas que comercializan estos productos sostienen que el auge del consumo comenzó a notarse con más fuerza durante el año pasado. Sucede que conforme pasa el tiempo, los usuarios se encuentran con una gran variedad de marcas que se ajustan a todos los bolsillos.

"El boom se produce sobre todo porque internacionalmente bajaron los precios de las memorias y de las pantallas de LCD, que eran los dos elementos que encarecían los dispositivos. Ahora, un MP3 de 512 megabytes puede costar 100 pesos, un precio que no alcanza ni para un discman y encima sirve para escuchar música, FM y grabar", precisó Patricio Civit, de Smartsys. Allí las ventas se incrementaron un 70 por ciento respecto de 2006.

La misma suerte corrió para los MP4. Un aparato que además de las funciones del MP3 agrega una pequeña pantalla a color para ver videos. Incluso viene hasta con botonera "touch", cámara y la posibilidad de expandir la memoria a través de tarjetas.

"El consumo de MP4 se nota en un público de mayor poder adquisitivo. También han aumentado las ventas de los celulares con MP3, sobre todo para los más chicos", indicó una encargada de Red Megatone, donde las salidas de reproductores de música crecieron un 40 por ciento.

Así, la franja etaria que más compra reproductores de música es la de jóvenes que van de los 8 a los 30 años, un grupo que lo utiliza generalmente para escuchar música y grabar clases de la Facultad. En tanto que los más grandes (40 a 60 años) lo adquieren por cuestiones laborales, ya que les sirve para trasladar información de una computadora a otra.

Peligro para el oído

A la par que crece el consumo de reproductores de música surgen las amenazas físicas. El otorrinolaringólogo Alberto Luna, médico de planta del Hospital Central y docente de la cátedra de Garganta, Nariz y Oído de la Universidad Nacional de Cuyo, precisó que en los jóvenes de 20 a 30 años ha aumentado un 10 por ciento la hipoacusia (disminución auditiva), producida por el uso de MP3. A su vez, el estudio realizado en Buenos Aires en 2005 reveló que padecían trastornos de sueño, estrés y problemas cardiovasculares.

"El hecho de que encontremos este problema en los jóvenes ya es un peligro para cuando tengan 40 años porque van a tener que usar audífono", afirmó el médico.

De esta manera, mientras que una conversación entre dos personas transcurre a unos 60 decibeles de intensidad, estos aparatos emiten 110, superando ampliamente los niveles tolerados por el aparato auditivo. Además, los nuevos auriculares de botones, que se introducen en el oído, aumentan la intensidad en 10 decibeles más. Es que para que no lesione el órgano de Corti, ubicado en el oído interno, los sonidos no deben sobrepasar los 70 u 80 decibeles (ver aparte).

"La exposición reiterada a este tipo de decibeles provoca daños irreparables; entonces aparece lo que se conoce como sordera digital, que se suma al término socioacusia, es decir, una disminución de la audición por daño del órgano de Corti, provocado por los ruidos ambientales", señaló.

Lo cierto es que para utilizar estos dispositivos y evitar lesiones en el aparato auditivo, hay que cumplir con la norma 60-60. Así, las personas no pueden usarlo más de 60 minutos por día a un volumen que no debe superar el 60 por ciento de su intensidad. "Además, la industria será la encargada de tomar medidas al respecto, limitando el volumen de los aparatos. De hecho, la empresa Apple ya enfrenta juicios por este tema", afirmó el médico.

Los Andes
27/08/2007

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