Los bebés que todavía están en el útero de la madre están expuestos a las hormonas que provocan el estrés y que tienen potenciales consecuencias negativas en el funcionamiento del cerebro del niño, según revela una investigación publicada en la revista 'Journal Of Clinical Endocrinology'.
Para determinar si la ansiedad de la madre podía afectar al feto, los expertos del Imperial College de Londres realizaron un estudio en 267 mujeres en estado de gestación, a las que midieron los niveles de cortisol, la hormona que provoca el estrés, que penetra en el flujo sanguíneo cuando sentimos ansiedad.
En su experimento, los científicos analizaron muestras de sangre de la madre y fluido amniótico del útero de la embarazada y detectaron que a las cuatro semanas de gestación, los altos niveles de cortisol en la sangre de la mujer aumentaban los niveles del fluido amniótico, producido principalmente por el feto.
Este fluido constituye un buen indicador de la exposición del bebé a una serie de sustancias, entre las que se incluyen las hormonas. No obstante, los expertos advirtieron de la necesidad de continuar investigando para averiguar cómo afectan los niveles altos de estrés de la mujer al feto.
Según Pampa Sarkar, una de las autoras del estudio, ahora se debería continuar trabajando 'para desenmarañar los mecanismos por los que el estrés maternal afecta al feto, tanto durante la vida fetal y durante la niñez'.
Psiquiatria
19/07/2007