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Cinco de cada 100 niños tiene dislexia

La dislexia representa dificultades en el aprendizaje de la lectura y de cada 100 niños cinco pueden tener ese problema, señaló José Reyes de la Cruz Morales, neurocirujano del Centro Médico Nacional “La Raza” del IMSS.

Los signos que indican problemas de aprendizaje son la dificultad en atender o seguir instrucciones, en recordar lo que se le acaba de decir, fracasos escolares como consecuencia del poco dominio de destrezas de la lectura, la escritura y la aritmética.

Otras señales de alerta son la dificultad en distinguir entre la derecha y la izquierda, o confundir números, letras y palabras; como 25 en lugar de 52, la “b” por la “d”, y “on” en vez de no.

El especialista del Instituto Mexicano del Seguro Social dijo que los niños con dislexia pueden ser neurológicamente normales o en algunos casos hiperactivos y distraídos, con lapsos de atención cortos, lo cual se conoce como Trastorno de Déficit de Atención.

Reyes de la Cruz Morales, adscrito al Servicio de Neurocirugía Pediátrica del Hospital General de “La Raza”, explicó que la dislexia se da por falta de madurez del cerebro, de los centros del lenguaje y de comprensión y, con menor frecuencia, por tumores cerebrales.

En cualquiera de los casos existen los tratamientos para la cura de la dislexia, pero para un diagnóstico preciso se debe comprobar que no haya ningún trastorno en la lengua, que el niño escucha bien y posee una visión normal, con lo que se descartan complicaciones.

Explicó que por lo general la dislexia no reviste gravedad y que incluso se puede llegar a la edad adulta con ese trastorno; empero, recomendó a los padres estar atentos, pues cuando el trastorno no es detectado y atendido a tiempo puede complicarse rápidamente.

El diagnóstico se sospecha habitualmente al ingresar el niño a la escuela y observar su dificultad para aprender a leer y escribir.

El tratamiento se aplica en el área de terapia de lenguaje en Medicina Física y Rehabilitación, donde se determina si se trata de alteraciones en la atención, en la comprensión, trastornos en la articulación de la palabra o en la adquisición de la lecto-escritura.

Planteó que en los servicios de Neurocirugía Pediátrica se cuenta con estudios de laboratorio y gabinete para evaluar la normalidad estructural del cerebro del paciente.

Abundó que si el cerebro es estructuralmente normal se acude a higiene mental y el problema se aborda como una alteración funcional, solicitando el apoyo de neuropsicólogos, quienes definirán los pasos a seguir y las posibles opciones de tratamiento.

Cuando la causa del problema es un tumor, el tratamiento ideal es su extirpación y, según su tamaño o tipo -benigno o maligno- así como su localización, dependerá el grado de afección en la capacidad de habla del paciente.

Puntualizó que, en caso de afectar el tumor el área del lenguaje o de producirse una lesión durante la cirugía, es probable que otra región del cerebro asuma las funciones del área que fue lastimada.

Esa propiedad, explicó, se conoce como plasticidad cerebral y potencialmente se puede recuperar el habla, aunque será necesaria la participación intensa del especialista en terapia del lenguaje.

Notimex
1/07/2007

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