Tal como las especies se extinguen y en el futuro no quedan rastros de ellas, las lenguas del planeta también pueden desaparecer. Los expertos advierten que si no se hace algo al respecto entre el 50 y 90% de los 7.202 idiomas que se hablan hoy en el mundo dejarán de emplearse durante el presente siglo.
En una verdadera carrera contra el tiempo, los investigadores encontraron que una solución del pasado podría adaptarse para preservar todo ese saber ancestral para las futuras generaciones: la piedra Rosetta (ver recuadro).
Ahora, el Proyecto Rosetta es más ambicioso. La iniciativa, impulsada por la Long Now Foundation (de EE.UU.), busca crear en la internet una memoria permanente para todas las lenguas que hoy se hablan en el planeta. El texto base fueron los capítulos 1 al 3 del Génesis en cada idioma, de modo de poder hacer un análisis comparativo de las distintas lenguas.
Además incluirá mapas, archivos de audio, un resumen general y documentos detallados respecto de ortografía, gramática, fonética y palabras de uso frecuente en cada lengua.
La idea es que la base de datos se complete mediante una colaboración global a través de la red de especialistas en lenguas y hablantes nativos de ellas. Las colaboraciones y una revisión del material disponible se pueden hacer en www.rosettaproject.org.
Además del archivo en línea, el resultado estará públicamente disponible en un gran libro y un disco micrograbado de níquel cuyos datos pueden conservarse por más de 2 mil años.
Como los gestores del proyecto buscaban un almacenamiento prolongado superior al que ofrecen los actuales soportes digitales, seleccionaron un sistema de almacenamiento análogo de alta densidad. Los laboratorios de Los Alamos y Norsam Technology micrograbaron un texto como imágenes análogas en un disco de níquel de tres pulgadas capaz de alojar más de 350 mil páginas. Al estar codificado como imagen física, y no unos o ceros, no existe plataforma ni dependencia de formato, garantizando una lectura pese a cambios en sistemas operativos digitales.
La lectura requiere un microscopio, óptico o electrónico según la densidad del material codificado, el que se puede combinar con un programa de reconocimiento óptico de caracteres (OCR) para traspasarlo a formato digital. Como el material se almacena a una escala de 100X, se pueden guardar 30 mil páginas de texto en el disco.
El disco, que ya está en proceso de impresión, se producirá en masa y se distribuirá a individuos interesados, organizaciones y comunidades nativas.
En el caso chileno figuran el mapudungun y el qaweskar. Sólo el primero ya incluye su versión del Génesis.
Óscar Aguilera, académico de la escuela de Antropología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, aclara que actualmente existen varias iniciativas tendientes a rescatar lenguas en peligro de extinción, pero el Proyecto Rosetta destaca porque pondrá los datos recolectados a disposición de todos.
Junto con manifestar su disposición a colaborar con la iniciativa, Aguilera comenta que su unidad académica y Conadi trabajan en un macroproyecto de revitalización de las lenguas qaweskar y yagán, lo que incluye la elaboración o actualización de diccionarios, gramática y alfabetos. El material estará en el sitio rehue.csociales.uchile.cl/ rehuehome/facultad/publicaciones/Sitios/Lenguas/lenguas.htm
Traductor milenario
La piedra de Rosetta es una losa de granito negro hallada en 1799 cerca de la aldea del mismo nombre, durante la ocupación de Egipto por las tropas de Napoleón. En este fragmento de estela, fechado en el 196 a. de C., aparecen tres inscripciones diferentes: los primeros catorce renglones están en jeroglíficos; los 32 centrales, en escritura demótica (empleada en Egipto desde alrededor del año 1000 a. de C.), y los 54 restantes, en griego. A partir de allí, Jean Francois Champollion y otros investigadores lograron descifrar la hasta entonces arcana escritura jeroglífica. Hoy se puede apreciar en el Museo Británico (www.thebritishmuseum.ac.uk/ egyptian/ea/gall/rosetta.html).
1/09/2002