Jorge Luis Álvarez es uno de los autistas cubanos que mejoró su inserción social, gracias a que el país aplica los más avanzados métodos psicopedagógicos para tratar el síndrome, mientras diseña nuevos procederes.
Así apreciaron familiares, docentes, psiquiatras y expertos de otras disciplinas de provincias orientales y Ciego de Ávila, en el II Taller regional sobre la referida discapacidad, que culminó este miércoles en la escuela de enseñanza especial Graciela Bustillos, de la ciudad de Bayamo.
Según explicó Maira Perea, especialista de logopedia en ese centro, el adolescente de 17 años de edad superó problemas comunicativos y de comportamiento, debido a la adaptación de técnicas a sus peculiaridades, y la labor conjunta de docentes y familiares.
Subrayó que los especialistas estudian métodos como el de estímulo y sensación, pictogramas, ensayo de errores, y el uso de preferencias para enseñar acciones y palabras, y los combinan de acuerdo al contexto hogareño y las características del autista, con el apoyo de padres.
Los pacientes, dijo, poseen rutinas y pueden ser personas con retraso mental severo, o muy inteligentes pero con deterioro sutil en su interacción social, por lo cual en Cuba se estipula la atención individualizada para descubrir deficiencias en el desarrollo y habilidades.
En el caso de Jorge Luis, por ejemplo, Yelis de la Cruz, la madre, explicó que el adolescente aprendió frases y a realizar por sí solo tareas como vestirse e identificar objetos, gracias a que se empleó su obsesión por la exactitud.
El autismo causa fobia a la relación social, comunicación restringida o repetitiva; se manifiesta en los tres primeros años de vida, y en el mundo tiene incidencia de 15 por cada 10 mil nacimientos.
Cuba, que tiene cerca de 300 personas con ese trastorno, realiza estudios diagnósticos en todas las comunidades, y brinda asistencia educativa.
AIN
28/02/2007