Cada vez es más común que personas de edad avanzada sufran un desorden cerebral progresivo e incurable, que provoca la pérdida de la memoria reciente, alteraciones en la conducta y cambios de personalidad: se trata de la demencia senil.
Alan Barrel, gerente médico de Lundbeck de México, dijo: “estas son las enfermedades más dramáticas que hay, porque se llevan lo más valioso del ser humano que es la dignidad de quien la padece y de quien en un momento dado lo acompaña”.
No importa el origen de la demencia, que puede ser vascular o por Alzheimer. En el cerebro causa el mismo deterioro.
Agustín Torres, médico psiquiatra, explicó: “el enfermo conforme va teniendo una muerte neuronal mayor va siendo su dependencia, de tal forma que cuando hablamos de un paciente en severa el volumen cerebral ha disminuido más de un 40, 50%”.
Aunque los fármacos ayudan a retrasar los estadios de la enfermedad, el deterioro es inevitable.
“Son medicamentos que buscan facilitar que unas y otras neuronas se comuniquen entre ellas, ya sea a través de favorecer una serie de sustancias que las neuronas producen”, indicó Alan Barrel.
Uno de los obstáculos a los que se enfrentan los médicos es que las familias creen que los olvidos son parte de la vejez.
“No es lo mismo que se le olvide dónde dejó las llaves que para qué me sirven las llaves”, señaló Francisco Mena, de la Academia Mexicana de Neurología.
La madre de Rosa Férrez, una maestra universitaria, tuvo que jubilarse hace 17 años por el temor de repetir día a día la misma clase a causa del Alzheimer.
“En la casa empezamos a ver que no se acordaba de una serie de eventos, hacia compromisos que luego no se acordaba o gente con la que se veía frecuentemente ya no se acordaba quién es”, comentó Rosa férrez González Sarabia, familiar de paciente con Alzheimer.
Quizá la consecuencia más grave de la enfermedad es que el afectado poco a poco se vuelve dependiente de la familia, a la que puede destruir sin proponérselo.
“Como yo lo he vivido, te tienes que ir despojando de lo tuyo para asumir la vida del paciente, es tan complicado como si quiero ir al baño, a ver si puedo, a ver si el paciente me deja, porque igual cuando entro al baño el paciente se me sale”, expuso Rosa Férrez González.
“A la familia la educamos, qué es la enfermedad, cuáles son los síntomas, cómo va a avanzar, cómo se va a ir deteriorando el enfermo, cómo va a ser necesario que incluso le asistan las 24 horas del día”, apuntó Agustín Torres.
Hasta ahora no hay cura para la demencia senil. Aunque luego de un diagnóstico los pacientes logran vivir hasta 10 años más, al cabo de ese tiempo pueden ser presa de otras enfermedades por el debilitamiento de su sistema inmunológico.
“Hablamos que un paciente con demencia no se mueve de su cama, está completamente postrado y es ahí donde está inmerso y sujeto a infecciones, problemas de úlcera”, reveló Agustín Torres.
En el caso de Rosa, la familia acudió con un tanatólogo para aceptar el destino de la paciente.
“No es fácil verla en las condiciones en las que está, no es fácil porque no puede hacer nada por ella”, añadió Rosa Férrez González.
Desafortunadamente, no sólo es necesario que la familia se haga cargo de la salud del enfermo, también se deben tener previsiones legales para evitar los abusos.
“Un caso muy normal: oye abuelo, préstame un dinero, yo te lleno el cheque y tu lo firmas. -Cuánto quieres. Quiero 200 pesos y lo hago por 2 mil o 20 mil. Otro, la señora sale a la tienda a comprar alpiste, a comprar azúcar y se lleva un billete de 500, y regresa sin nada, porque el de la tienda ya se dio cuenta que no sabe, que no se da cuenta”, explicó Alma Mónica Muñoz, abogada especialista en personas con demencia.
La protección legal se hace a través de un juicio de interdicción, en el que un juez nombra a un tutor que es parte de la familia, o bien a uno de oficio del tribunal de justicia, que estará encargado de cuidarlo y administrar sus bienes. Para evitar abusos del tutor, cada año debe rendir cuentas al juez y al Ministerio Público.
No se tiene una cifra exacta de cuántas personas en México padecen demencia, pero se estima que ante el incremento en la expectativa de vida sea más frecuente.
“Al tener esta tendencia tendremos cada vez un mayor número de personas que potencialmente pueden tener demencia”, concluyó Francisco Mena.
OnceTV
23/02/2007