El estrés asociado con el trabajo es uno de los múltiples factores que pueden incrementar el riesgo de ataque cardiaco. En un estudio que aparece en la edición de esta semana de Hypertension, los investigadores evaluaron los efectos de un programa de prevención para reducir el estrés en trabajadores que se enfrentaban a paros involuntarios, un inductor significativo del estrés.
Entre los participantes se encontraban 91 empleados de oficina de una subsidiaria de DuPont en Italia que estaba recortando su fuerza de trabajo en 10 por ciento y un grupo de control de 79 voluntarios saludables que trabajaban fuera de la compañía y que no reportaron estrés asociado al trabajo.
Cuando comenzó el estudio, los participantes fueron evaluados por un psicólogo clínico y completaron un cuestionario que se aplicaron a sí mismos para evaluar su estrés total, fatiga, y síntomas corporales asociados al estrés. También se sometieron a un electrocardiograma (ECG) de una derivación, que evalúa el sistema nervioso autónomo (SNA), un sistema que ajusta y modifica las funciones corporales en respuesta al estrés.
Los trabajadores estresados tenían significativamente más estrés que los controles, y reportaban más síntomas asociados con el estrés como dificultad para dormir, latidos acelerados del corazón y problemas gastrointestinales. Además, los ECG de trabajadores estresados indicaban que el ritmo del corazón mostraba signos de estrés.
Después de la evaluación básica, los trabajadores de DuPont fueron invitados a inscribirse a una sesión semanal de una hora para controlar el estrés que se centraba en la relajación y en las habilidades para lidiar con el estrés laboral, o en un programa pasivo que enviaba artículos y correos electrónicos mensuales sobre técnicas para reducir el estrés. Veintiséis empleados se inscribieron en las sesiones para controlar el estrés, y 25 en el programa pasivo.
Antes de que empezaran los programas, las medidas autonómicas (ECG y presión arterial) eran similares en ambos grupos de intervención, pero, después de un año, el programa de control del estrés produjo una reducción pequeña pero significativa en la presión arterial y cambios marcados en los indicadores del estrés derivados del ECG.
psiquiatris
22/01/2007