Busca:   en:
Inicio > Revista > Actualidad

Problemas de idioma complican manejo de emergencias

Un huracán podría inundar el sur de la isla de Manhattan. O podría estallar una pandemia global de gripe aviar. Y el terrorismo es una amenaza latente. Así es la vida moderna: la amenaza de cataclismos, sean naturales o humanos, está siempre presente.

Las ciudades como Nueva York no pueden ignorarla, y deben estar preparadas para cualquier contingencia.

Pero esa tarea, tan difícil en cualquier parte, lo es aún más en Nueva York, la moderna Babel cuyos habitantes hablan todos los idiomas imaginables y muchos no hablan bien el inglés, una verdadera desventaja en una emergencia.

"Sería difícil hallar una jurisdicción con tantos problemas de lenguaje como la nuestra", dijo Jarrod Bernstein, vocero de la Oficina de Administración de Emergencias del municipio.

Según el último censo, el número de neoyorquinos que no hablan muy bien el inglés sería de 1,7 millones en una población de 8 millones. El 15% de las familias están lingüísticamente aisladas, lo cual significa que ninguno de sus miembros mayores de 14 años habla bien el inglés. La mayoría habla algunos de los idiomas principales del mundo, como el español, el ruso y el chino, pero en la Gran Manzana se hablan decenas de lenguas adicionales.

La ciudad se ha esforzado por enfrentar el problema: por ejemplo, la guía sobre qué hacer en caso de una tormenta costera está escrita en 11 idiomas, y hay más en preparación. Y el 311, el número telefónico de información municipal, responde en 170 idiomas. La ciudad ha forjado relaciones con organizaciones comunitarias para contar con intérpretes en caso de necesidad. El titular de Emergencias ha visitado los periódicos en idiomas extranjeros para transmitir el mensaje.

"Sin duda los tenemos en cuenta", dijo Bernstein acerca de los problemas de lenguaje. "Es algo que uno incorpora en la planificación".

Pero Bernstein reconoció que los problemas de idioma presentarían dificultades ante cualquier emergencia en gran escala.

Los activistas dicen que la ciudad reconoce el problema, pero no ha tomado las medidas necesarias.

Algunas reparticiones municipales, como la de Salud y Hospitales, aplican eficientemente las políticas y orientaciones en materia de idiomas, dijo Chung-Wha Hong, directora ejecutiva de la Coalición de Inmigrantes de Nueva York. Pero no se ha logrado una aplicación uniforme.

"¿Qué haremos si se produce una epidemia?", se preguntó. "Estamos muy poco preparados. Yo diría que han hecho un gran esfuerzo, pero si no lo extienden a todo el sistema y toda la ciudad, sus efectos son limitados".

El problema no es sólo de idioma, dijo Adam Gurvitch, director de políticas de salud de la Coalición de Inmigrantes. Se trata de hacer saber a los neoyorquinos que cuentan con determinados servicios, cualquiera que sea su situación inmigratoria.

"No es cuestión de explicar cuál es el camino para evitar una tsunami, sino de entrar en la comunidad", dijo Gurvitch.

Bernstein dijo que la política oficial de la comunidad es no averiguar la situación inmigratoria de la gente, y que esa política se aplicaría en caso de emergencias. Pero en ocasiones, dijo, a los inmigrantes que han solicitado servicios les han hecho preguntas sobre su situación legal, aunque se supone que no debería ocurrir.

"Soy muy escéptico porque en todo el trabajo que realizamos vemos cada vez más que los inmigrantes temen solicitar los servicios del gobierno.

Dijo que el 311 y las relaciones societarias con los grupos comunitarios, aunque eficaces, no eran suficientes.

"La ciudad debe trascender la política de confiar en que grupos comunitarios de buenas intenciones realizarán tareas que corresponden a la municipalidad", dijo. "Es una forma de transferir una responsabilidad".

Otros sostienen que la ciudad hace lo mejor que puede frente a un problema extraordinariamente complejo, y que la preparación para emergencias es de por sí difícil, incluso en inglés.

Christina Zarcadoolas, profesora en la facultad de medicina Monte Sinaí, realizó un estudio sobre si la gente entendía bien los materiales que explicaban qué hacer en caso de una tormenta costera que obligara a la evacuación. A las personas de bajo nivel de alfabetización les resultaba difícil comprenderlos, no por desconocer el inglés sino por carecer de conocimientos científicos o técnicos.

"Al darse cuenta de que no podían descifrar el mapa, perdían confianza", dijo. "Es necesario usar un lenguaje más accesible".

Nuevo Herald
16/01/2007

Venta especial
hasta
40% de descuento

en juguetes y libros seleccionados*
Pedidos del 26 al 30 de noviembre . Sujeto a existencias. Aplican restricciones. Ver ofertas
Gastos de envío
G R A T I S
Envíos España península para pedidos superiores a 59,90 euros (más iva) (condiciones)

Síguenos en: Síguenos en Twiter | Síguenos en Facebook | Instagram | pinterest

Enlaces rápidos a temas de interés

BOLETÍN

RSS | XHTML | CSS
Mapa Web | Registro | Contacta
© Majo Producciones 2001-2024 - Prohibida la reproducción parcial o total de la información mostrada