Los altos niveles de educación y la actividad intelectual podrían reducir el riesgo de desarrollar demencia.
Esa es la conclusión de una investigación llevada a cabo por científicos españoles.
Los investigadores compararon datos de 26 estudios llevados a cabo en todo el mundo, con más de 60.000 sujetos.
Con un modelo matemático probaron los efectos de nuevos tratamientos neuroprotectores.
Descubrieron que la terapia más efectiva para prevenir la enfermedad de Alzheimer no es una píldora, sino la educación y la actividad intelectual.
"Siempre se ha dicho que las personas que leen más o ejercitan más su mente tienen menos probabilidades de padecer Alzheimer" dijo a BBC Ciencia el doctor Jesús Ávila, investigador de Alzheimer del Centro de Biología Molecular de la Universidad Autónoma de Madrid.
"Pero esta teoría tiene fallos probabilísticos grandes, porque hemos visto a presidentes de Estados Unidos, premios Nobel, etc. que han sufrido también la enfermedad".
"Obviamente son personas que deberían haber tenido un desarrollo cognitivo importante y deberían haber empleado mucho la mente", dice el investigador.
Reserva cognitiva
Estudios en el pasado han demostrado que la actividad intelectual puede aumentar lo que los neurocientíficos llaman "la reserva cognitiva".
La reserva cognitiva -dicen los investigadores- es la capacidad del cerebro para tolerar mejor los efectos de la patología asociada a la demencia.
"Esta reserva tiene que ver con la capacidad de la neurogénesis" -explica el doctor Jesús Ávila.
"Es decir, la capacidad de que en los pocos sitios donde se pueden desarrollar nuevas neuronas, éstas se puedan conectar con las redes neuronales ya existentes".
Hasta ahora, sin embargo, no se ha establecido si es el resultado de una habilidad innata o de los efectos del medio ambiente y las experiencias de la vida, como la educación o la ocupación.
Se ha dicho que la reserva cognitiva puede estar basada en el tamaño cerebral o el número de neuronas, lo cual ayuda a compensar posibles enfermedades neurodegenerativas.
Todos estos mecanismos pueden estar genéticamente determinados como en el caso de la inteligencia innata y el tamaño cerebral.
El estudio, dirigido por el doctor Raúl de la Fuente Fernández, neurólogo del Hospital A. Marcide, en La Coruña, comparó la información de 26 estudios sobre la incidencia de Alzheimer en el mundo entre 1966 y 2005.
Los científicos compararon los efectos de dos tipos de neuroprotectores: tratamientos de "rescate celular" para disminuir la pérdida de neuronas y estrategias neuroprotectoras, como habilidades intelectuales, para aumentar la reserva cognitiva.
Educación
El estudio reveló que la estrategia neuroprotectora más efectiva para prevenir la enfermedad de Alzheimer no es una píldora, sino la educación y la actividad intelectual.
Según el modelo matemático utilizado por los investigadores, con sólo un aumento de 5% en la reserva cognitiva de la población en general, se podría evitar un 30% de los casos de Alzheimer.
Los científicos españoles afirman que "las políticas de salud pública dirigidas a mejorar los niveles de educación en la población sería la mejor estrategia para prevenir la enfermedad".
Pero tal como señalan los expertos, todavía no existe una evidencia clara de esta relación.
"Sabemos que la gente que no utiliza su cerebro después de un tiempo se atrofia", afirma Jesús Ávila.
"Pero todavía no existe una evidencia real de que el ejercicio mental facilite la ausencia de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer".
"De cualquier forma -afirma el investigador- el mensaje es positivo, ya que el ejercicio de la mente es algo que todo el mundo debería llevar a cabo, y no sólo para prevenir el Alzheimer sino para que la gente no se atrofie".
BBC
8/01/2007