Aspace prestará atención a 42 discapacitados en una nueva sala de estimulación multisensorial que permitirá “penetrar en un mundo casi desconocido” a través de espejos, columnas de colores y fibra óptica.
Tienen entre cuatro y 20 años. Algunos padecen una deficiencia visual limitada, otros retraso cognitivo, autismo, y otros “lo tienen todo, sordera, ceguera y hasta ataques epilépticos”. Cada tarde se trabaja con ellos en la estimulación de la audición y lenguaje, con sesiones de hidroterapia, hipoterapia, psicomotricidad... esta sala -a la que se ha puesto de nombre Arcoiris- será un recurso muy importante para ellos.
A través de espejos, fibra óptica, un vestibulador –una especie de columpio que permite dirigir el movimiento y el equilibrio-, columnas de luz y burbujas en las que el color cambia pulsando un botón o la proyección de una tormenta de colores en el techo, se pueden crear efectos visuales y auditivos que pueden hacer responder a un estímulo determinado.
La iniciativa de la Asociación de Parálisis Cerebral y Patologías Afines (Aspace) dispone también de colchonetas de agua, en las que se utiliza el calor y en las que se perciben, por ejemplo, las vibraciones de la música, aunque esta no pueda oírse.
Falta de comunicación
Serán sesiones individuales de media hora y se trabajará con los 42 discapacitados que actualmente son atendidos en Aspace, aunque “está especialmente indicada para pluridiscapacitados y basales, que no tienen ningún tipo de comunicación normalizada”, según explica David Jiménez Moreno, profesor especializado en Audición y Lenguaje, que será el encargado de la sala.
“Puede ser algo impresionante ver como una persona que no tiene ningún canal para comunicarse reacciona ante un color, o como un niño que está afectado por ceguera y sordera toca un panel de textura”, señala, argumentando que “es una manera de penetrar en ese mundo que es prácticamente desconocido y de darles sensaciones y vivencias, puesto que no pueden comunicarse de ninguna otra manera”.
La sala comenzará a funcionar en el mes de enero y podrá ser utilizada por el resto de las asociaciones de discapacitados.
Es la única instalación de estas características en la provincia de Ávila y el coste ha sido de 24.000 euros, financiados por la Junta de Castilla y León, el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Fundación Once y Caja de Ávila.
AvilaDigital
7/01/2007