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Trastorno de la articulación por alteración neurológica (Parte V) Sialorrea

  Se considera como “sialorrea” un babeo que se produce después de los dos años aproximadamente, edad que corresponde a la aparición de la dentición. Lo podemos definir como “excreción excesiva de saliva por la boca como resultado de un aumento de su producción” , que se produce por diferentes causas. Aunque el babeo sea una conducta corriente y normal en el desarrollo de los niños en los primeros años de vida, su persistencia más allá del segundo año se considera patológico. 

I.3.2. Sialorrea.

    Se considera como “sialorrea” un babeo que se produce después de los dos años aproximadamente, edad que corresponde a la aparición de la dentición. Lo podemos definir como “excreción excesiva de saliva por la boca como resultado de un aumento de su producción” , que se produce por diferentes causas. Aunque el babeo sea una conducta corriente y normal en el desarrollo de los niños en los primeros años de vida, su persistencia más allá del segundo año se considera patológico. 

    Haciendo mención a Thibodeau y Patton (1995), son tres las principales glándulas salivares: parótida, submandibular y sublingual. Estas glándulas segregan una gran cantidad de la saliva producida cada día (alrededor de 1 litro). Existen otras pequeñas glándulas salivares situadas en la mucosa que tapiza los carrillos y la boca, que contribuyen con menos del 5% del volumen total de saliva. Sin embargo, la secreción de las glándulas bucales es importante para la higiene y el bienestar de los tejidos bucales.

    La secreción de saliva está controlada por mecanismos reflejos. Los estímulos químicos, mecánicos, olfativos y visuales inician los impulsos aferentes a los centros del tronco del encéfalo, que envían a su vez impulsos eferentes a nuestras glándulas salivares estimulándolas. Los estímulos químicos y mecánicos se derivan de la presencia de la comida o saliva en la boca.

    Los factores que han sido identificados como principales causas del babeo son: 

  • No mantener la cabeza erguida y tener la boca abierta, pues hace que la saliva fluya más fácilmente. 
  • No haber adquirido el hábito de cerrar la boca y tener una mala oclusión de maxilares. 
  • Deficiente control motor de la zona oral, alteraciones de la movilidad lingual y respiración bucal.
  • Desde una aproximación neurológica, como indican Love y Webb (1998), las lesiones en el nervio craneal VII (nervio Facial) pueden producir babeo resultante de un escaso sellado de los labios. Si las lesiones se recogen en el nervio XII (nervio Hipogloso), la consecuencia será una profusión de lengua.
  • Proceso normalizado de la deglución. 
  • La presión de la lengua hacia adelante en el momento de la deglución. 

    Según exponen Gallardo y Salvador (1994), son muchos los inconvenientes que puede ocasionar un babeo excesivo. Estas dificultades se registran directamente en tres planos de gran importancia en la vida del niño: el plano de la apariencia física, el plano educativo y el plano psicosocial.

    El babeo excesivo produce efectos negativos como las alteraciones de la alimentación, las dificultades que ocasiona en la producción de lenguaje oral y todo el conjunto de problemas que genera en la práctica educativa.

    Las consecuencias a nivel físico es el hecho de que tanto la zona de la boca un aspecto poco agradable que en algunos casos supone un motivo de evitación y rechazo. A esta circunstancia hay que añadir el hecho de que frecuentemente esta baba que cae de la boca mancha, no sólo la ropa sino también la mesa, los materiales de estudio e como las ropas del niño aparecen siempre manchadas de baba. Esto confiere al niño incluso la persona que está realizando alguna tarea con el niño. Todo esto acompañado de la imagen desagradable que nos suele producir una cara llena de babas y el mal olor ocasionado, se traduce en problemas de higiene y causa de rechazo por parte de otros niños y educadores.

    Estas circunstancias, en principio puramente físicas, producen consecuencias negativas importantes en el plano educativo.

    En la obra de Alcantud (2001), se muestra que los niños que babean sufren académicamente porque su aprendizaje se ve interrumpido con frecuencia por el personal encargado para limpiar esta saliva que ha caído en la cara, manos y materiales. Para el profesor, por tanto, el babeo excesivo produce gastos educacionales en términos de tiempo (para limpiar la saliva del pupitre) y en términos materiales, pues es preciso reemplazar folios, libros o el teclado del ordenador.

    Todo ello tiene además su traducción en el plano emocional y en el plano social, pues produce un deterioro de las relaciones sociales pudiendo llegar a situaciones de aislamiento.

 

I.3.3. Órganos del aparato fonoarticulatorio.

    La articulación de los sonidos del habla se vincula con el desarrollo y la maduración del sistema miofuncional oral y con las otras funciones neurovegetativas de respiración, succión, masticación y deglución. 

    Cayuleo y cols. (2011) citan que forman parte de la articulación de los sonidos los siguientes órganos del aparato fonoarticulatorio: labios, lengua, arcos dentales, laringe, faringe, paladar duro y blando y las fosas nasales. Esta función estará afectada por todas las patologías antes descritas, pues si se ven afectadas las estructuras mencionadas, se verá alterada la articulación.

    Del mismo modo, la adquisición de las gnosias y las praxias que contribuyen a la adquisición del lenguaje y a su función simbólica son dependientes de la madurez de las estructuras neurológicas. Los movimientos de la articulación requieren ser muy finos, precisos, sincrónicos y muy rápidos. En el caso de la disartria, los movimientos elementales de lengua y labios pueden resultar imposibles de llevar a cabo por la hipotonía, rigidez o parálisis.

    A menudo, tal como expone Peña-Casanova (2004), hay un rango reducido en los movimientos, limitado en flexibilidad y velocidad, a veces movimientos incoordinados, etc. Así, las características del habla que generalmente se observan en disartria son: hipernasalidad, consonantes imprecisas, distorsiones vocales y problemas en el control de la velocidad.

    Puyuelo (1996) afirma que las disartrias presentan como principal problema la ininteligibilidad del habla. Las alteraciones en la articulación pueden ir desde dispraxias debidas a movimientos incoordinados (atetosis y/o ataxias), imprecisiones o temblores en el posicionamiento de los órganos fonoarticuladores (atetosis) o incluso movimientos rígidos de la mandíbula (espásticos).

    Las relaciones entre las alteraciones de los órganos fonoarticulatorios y las consecuentes dificultades en la articulación pueden sintetizarse, según este autor, en las siguientes características:

-    El deficiente control de los movimientos de la faringe y la parte posterior de la lengua dificultarán la pronunciación de los fonemas /k/ y /g/, así como de las vocales. 

-    La coordinación defectuosa de los músculos del velo del paladar y los de la faringe provocarán dificultad en el control de la elevación y descenso del velo y la pronunciación de combinación de los fonemas /an/, /en/, /in/.

-    La incapacidad de aplanamiento de la lengua dificulta la pronunciación de la vocal /a/ así como de las vocales /o/, /e/, /i/, que dependen de la forma que se le dé a la abertura de la boca, la cual obedece al control del descenso de la mandíbula inferior.

-    La falta de contacto de la lengua con el paladar impedirá la articulación del fonema /l/.

-    Si la parte anterior de la lengua no puede situarse sobre la arcada dentaria superior, no podrán pronunciarse los fonemas dentales /t/ y /d/.

-    Al no poder apretar los labios, se verán dificultadas la articulación de /p/ y /b/.

-    La dificultad de extender la lengua y estirar las comisuras labiales impedirá la pronunciación de la vocal /i/.

-    La alteración en el control de los movimientos de la mandíbula hacia delante dificultará la pronunciación de la vocal /u/.

-    Si no existe control del movimiento de la mandíbula hacia atrás, la dificultad estará en la articulación de los fonemas labiodentales /f/ y /v/.

-    La ausencia de control sobre la parte anterior de la lengua, perturbará la pronunciación de los fonemas /s/ y /z/.

    En muchas ocasiones la severidad de la afectación va a condicionar de tal forma el acto motor del habla que, en el caso de la rehabilitación, esta no podrá centrarse en alcanzar el habla normal, sino que se partirá de criterios de funcionalidad.

    Por esto mismo, el diagnóstico debe abarcar el conocimiento del trastorno fisiopatológico responsable del trastorno fonoarticulatorio, de esta manera podremos programar una intervención terapéutica adecuada que tenga por objetivo modificar la fisiología afectada.

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