Son el elemento de un nuevo método educativo para enseñar matemáticas en primaria
Cuando los niños tocan las figuras, se les facilita entender las dimensiones. El sistema integra aportaciones de teóricos como Piaget, Montessori y Seguin.
Cuando una persona maneja un automóvil estándar sin pensar conscientemente en los movimientos que tiene que hacer para controlar tres pedales con dos pies, está usando una capacidad llamada integración sensorial.
Lo mismo ocurre cuando un corredor de bolsa acierta en una estimación rápida de la variación que tendrán ciertas acciones, sin hacer todos los cálculos, o cuando un general adivina el número de tropas enemigas con sólo una mirada, sin importar cómo estén distribuidas.
Esta habilidad, que todos los niños sanos tienen, puede ser estimulada con un sistema de enseñanza de las matemáticas basado en el uso de cubos y que comienza a popularizarse en México.
“Es un sistema con el que se pueden enseñar todas las matemáticas contempladas en los programas académicos, desde preescolar hasta sexto de primaria, pero que también cura la relación de muchos adultos con las matemáticas”, explica Marta Ragasol, quien ha ordenado este sistema bajo un concepto llamado QBITS (Cubits), el cual promueve en escuelas de diferentes partes del país apoyada por Papalote Museo del Niño y Editorial Educare.
Los niños aprenden a contar, sumar, restar –y más adelante a multiplicar, sacar raíz cuadrada o raíz cúbica– usando una cajita con cubos, barras y tablitas cuadradas, también llamadas planos.
La idea original de este sistema de enseñanza-aprendizaje no es mexicana; en ella se integran aportaciones de los grandes teóricos de la educación: Pierre Faure, María Montessori, Edward Seguin, Reuven Feuerstein y Jean Piaget.
“María Montessori desarrolló un sistema muy parecido con base en la experiencia del doctor Edward Seguin, quien usaba cubos de madera para enseñar a niños con retraso mental cómo funcionaba el intercambio de dinero; luego Montessori lo aplicó a niños regulares y encontró un potencial inagotable”.
Lo que se ha hecho en México, en particular en el proyecto QBITS, es integrar aportaciones de otras corrientes de educación y editar libros para que los profesores conozcan el método y tengan clases preparadas, día a día, de modo que no ocurra como con otras novedades educativas, que se adoptan por unas cuantas y luego se abandonan por la dificultad que hay en extender el nuevo método a todo el año escolar.
Hasta ahora cinco mil niños de Jalisco, Querétaro y Distrito Federal ya trabajan, de manera regular, con QBITS.
El ser humano aprende de lo concreto a lo abstracto, algo bien sabido dentro del sistema educativo mexicano, inspirado en las aportaciones de Jean Piaget.
En el sistema de enseñanza de matemáticas con cubos se estimula que los niños toquen y miren objetos que representen números y operaciones matemáticas, al mismo tiempo que el profesor los explica verbalmente. Así se integran tres canales de aprendizaje: visual, kinético y auditivo.
Las herramientas para ese aprendizaje se pueden dividir en dos grupos: En un primer conjunto se enseña a los niños la diferencia entre unidad, decena y centena con tres tipos de objetos de plástico: un pequeño cubo, que representa al número uno; una barra del tamaño que formarían diez cubos juntos para representar el número 10, y un pequeño plano cuadrado que es del mismo tamaño que formarían diez barras juntas para representar al número 100.
Esto puede sonar simple a primera vista, pero se puede escalar y enseñar a los niños que si pones apilados diez planos (cada uno vale 100) se forma un cubo grande, que es la unidad de millar (1000) y si pones diez cubos grandes en línea formas una barra grande (decena de millar o diez mil) y si pones diez barrras grandes juntas formas un plano grande (centena de millar o 100 mil).
“Así se forma la integración sensorial en la que el niño piensa que cubo es unidad, barra es decena y plano es centena, no importa si hablamos de unidades simples, unidades de millar, de millón o de billón”, explica Ragasol.
Otro tipo de cubos que maneja el sistema QBITS sustituye las barras y planos de plástico por otros cubos, pero de diferentes colores; de este modo, los cubos amarillos representan centenas, los rojos, decenas, y los azules, unidades.
El cambio de sistema facilita que los niños de grados más avanzados identifiquen visualmente de dónde provienen la raíz cuadrada y la raíz cúbica, que son la base de álgebra y cálculo.
La idea que subyace en este sistema es que se puede enseñar a pensar en abstracto si a los niños se les ponen escalones intermedios y se les lleva de lo concreto (los cubos) a lo semiconcreto (los dibujos de cubos en un libro), a lo semiabstracto (el signo de cada número), hasta llegar a lo abstracto (el sonido del número o de la operación matemática).
El sistema de enseñanza QBITS y una conferencia sobre niños con déficit de atención serán presentados en Papalote Museo el 30 de marzo. Pueden obtenerse mayores informes en el teléfono (55)85010361 de la Ciudad de México.
El proyecto
Un método parecido fue aplicado inicialmente por Edward Seguin van Duyn (1872-1955), creador del llamado "método fisiológico de aprendizaje", para explicar las transacciones monetarias a niños con retraso.
El siguiente paso, tomado por la educadora María Montessori (1870-1952), alumna de Seguin, fue utilizar las mismas técnicas basadas en cubos para enseñar a niños sanos, con resultados espectaculares.
El proyecto QBITS lleva la experiencia a un plano más terreno y práctico, al formalizar la enseñanza de matemáticas en un método completo que ofrece a los educadores materiales para todo un año lectivo.
Con apoyo del Papalote Museo del Niño y la editorial Educare, el sistema QBITS ya se está probando en cinco mil niños en escuelas de Jalisco, Querétaro y el Distrito Federal.
Milenio
4/04/2006
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