El catedrático ourensano, experto en TEA, acaba de publicar un libro basado en toda su experiencia investigadora sobre este trastorno
El catedrático de Orientación Educativa Manuel Ojea Rúa (Ourense, 1958), uno de los grandes expertos en el Trastorno del Espectro Autista (TEA), acaba de publicar un libro basado en toda su experiencia investigadora en este trastorno. Consiste en una especie de "manual" para pedagogos y docentes. "Trastorno del espectro autista: programa de intervención conductual integrado" es el título del estudio. "Presento ejemplos que se hicieron en un ambiente naturalista, que se lleva mucho a cabo en los países nórdicos. Mi novedad es que lo extiendo al alumnado con TEA. Es fundamental la coordinación entre docentes, familias y servicios sociales, pero, sobre todo, formación concreta e in situ en el propio centro educativo", avanza el experto.
De media, una de cada 68 personas tiene TEA. Es una incidencia muy alta. ¿Somos conscientes?
Sí, y está muy contrastada. Hay estudios en Estados Unidos que la rebajan a un caso por cada 50. El espectro autista desde el nivel 1 es muy leve y se puede confundir con personas con cierto carácter introvertido o de cierta timidez. Hasta el 3, que es el de máxima gravedad, donde se expanden y observan todos los síntomas.
Presenta muchos programas de intervención. Hasta la danza creativa puede ayudar a niños con TEA. ¿Cómo es posible?
De lo que se trata es de que los programas que se utilizan sean sistémicos, que utilicen todos los elementos en los que interviene el sistema cognitivo. La danza, la música, el arte, la psicomotricidad... pero también los contenidos académicos. Todo sirve siempre que se utilicen de manera integrada. El problema básico de los niños con TEA es el semántico, establecer de manera espontánea una relación con el aprendizaje nuevo que han realizado. Cuando quieran tomar mano de él, no saben cómo hacerlo, no lo recuerdan. Tienes que empezar de nuevo.
¿Cómo ha afectado la pandemia en los programas de intervención para menores con TEA?
La pandemia ha afectado de manera importante. En estos niños, una de las características primeras observables son déficits en habilidades y comunicación social. Los programas deben llevar a cabo una intervención naturalista en el contexto para fortalecer las relaciones sociales en el ámbito natural, no solo en el artificial. Lo importante es que las habilidades sociales las aprendan con los demás. Con la pandemia todo se ha tenido que cortar, las relaciones ya no son tan flexibles. Para estos niños se hace mucho más difícil.
¿Qué nuevas necesidades se presentan para estos pequeños?
Estamos haciendo un estudio sobre si existe reducción en cuanto a las plantillas del profesorado de Pedagogía Terapéutica, en relación a los niños con TEA como consecuencia del covid. Si no tienes profesorado que pueda asumir procesos inclusivos, colaborar con el profesor ordinario en el aula, la consecuencia va a ser la misma. Todas estas consecuencias pueden venir derivadas del covid. Lo hemos comprobado.
¿Cuáles son esos resultados preliminares del estudio?
Se presentan reducciones respecto al año pasado en el profesorado de apoyo destinado a intervenciones de apoyo, posiblemente derivado de la reducción del número de alumnos por aula que ha necesitado incrementar el profesorado regular. O bien se ha disminuido profesorado de apoyo o se ha destinado a otros recursos. De momento tenemos 30 muestras, aún es pronto para sacar conclusiones.
El libro es fruto del trabajo de siete años de investigación. ¿Qué es lo más destacado?
La publicación pretende afianzar el aprendizaje naturalista, dentro de lo que es el ambiente inclusivo, a través de relaciones entre los propios aprendizajes. El aprendizaje tiene que afectar al conjunto integrado de la persona. Si tenemos un problema de conducta, lo podemos desarrollar incluso a través del trabajo de las matemáticas. Si tenemos un problema de matemática, podemos fortalecer trabajando el lenguaje y la conducta.
La Region
28/01/2021