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El Síndrome de Asperger (SA) afectó al pintor renacentista Miguel Ángel, al físico Albert Einstein y es parte de la vida del empresario Bill Gates, tres mentes brillantes, estos personajes desarrollaron su genialidad y su padecimiento puede pasar inadvertido para la sociedad, a pesar que afecta el desarrollo integral de las personas.
De acuerdo con Carlos Marcín Salazar, coordinador de la Red de Servicios Asperger México, este mal es un trastorno neurobiológico, que se presume es de origen genético y con el que los niños desarrollan una inteligencia superior y, paradójicamente, presentan dificultad para adaptarse o seguir las reglas sociales.
Complejo padecimiento
En este campo se puede actuar a partir de tres ejes y que sirven como indicadores a padres, maestros y especialistas para diagnosticar a un niño con SA:
Alteración del desarrollo de la interacción social recíproca; alteración de la comunicación verbal y no verbal; repertorio restringido de intereses y comportamientos, además de las importantes dificultades en el procesamiento sensorial (audición, tacto y gusto).
Estas características se presentan en intensidad y combinación diferente en cada persona que presenta el síndrome, por lo que cada caso es único y requiere de una aproximación terapéutica específica. En ocasiones, se pueden presentar otros trastornos que complican su diagnóstico.
Generalmente, estos síntomas se descubren entre los 3 y los 6 años de edad, cuando los padres comienzan a detectar que el comportamiento de sus hijos no es típico, es decir, que son niños especiales que piensan, sienten y viven el mundo que les rodea de manera diferente.
Señales del síndrome
Los pequeños con este trastorno pueden ser catalogados tanto en el hogar como en la escuela como hiperactivos, desobedientes, dominantes, imperativos y demandantes. “El SA forma parte del espectro autista, pero permite, a quienes lo tienen, pasar por alguien relativamente normal en sociedad. Estos chicos sí establecen una forma de interacción y tienen una buena comunicación y lenguaje, sólo que no comprenden cómo establecer relaciones interpersonales”, indicó el especialista.
De acuerdo con datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC), 1 de cada 88 niños ha sido identificado con un trastorno del espectro autista (TEA).
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25/01/2014