La enfermedad del Alzheimer o demencia senil de tipo Alzheimer, es una enfermedad neurodegenerativa, que se manifiesta como deterioro cognitivo y trastornos conductuales. Se caracteriza por una pérdida progresiva de la memoria y de otras capacidades mentales, a medida que las células nerviosas mueren y diferentes zonas del cerebro se atrofian.
Esta enfermedad es incurable y terminal, suele aparecer con mayor frecuencia en personas mayores de 65 años de edad.
A medida que progresa la enfermedad, aparecen confusión mental, irritabilidad y agresión, cambios del humor, trastornos del lenguaje, pérdida de la memoria de largo plazo y una predisposición a aislarse a medida que los sentidos del paciente declinan; gradualmente se pierden las funciones biológicas que finalmente conllevan a la muerte.
Una enfermedad descubierta hace más de 100 años
En 1901 el psiquiatra alemán Alois Alzheimer identificó el primer caso de lo que se conoce hoy como 'Alzheimer', en una mujer de cincuenta años de edad, a quien llamó «Auguste D». El investigador hizo seguimiento de su paciente hasta su muerte en 1906, momento en que por primera vez reportó el caso públicamente.
Durante la mayor parte del siglo XX, el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer era reservada para las personas entre las edades de 45 y 65 años con síntomas de demencia. Pero esto ha cambiado desde 1977 cuando, en una conferencia sobre la enfermedad, se llegó a la conclusión de que las manifestaciones clínicas y patológicas de la demencia presenil y senil eran casi idénticas, aunque los autores también agregaron que ello no descarta la posibilidad que tuviesen causas diferentes.
El Alhzeimer y su diagnóstico
Para detectar alguna anomalía en el paciente es necesaria una observación clínica, tanto del profesional sanitario como de la propia familia.
Durante una serie de meses se realizan pruebas de memoria y de funcionamiento o evaluación intelectual. Asimismo, se lleva a cabo un escáner para descartar diagnósticos alternativos y análisis de sangre. No existe un test pre mortem para diagnosticar la enfermedad.
Aunque ha sido posible aproximarse a un 85% en la certeza del diagnóstico, pero el definitivo debe hacerse con pruebas histológicas sobre tejido cerebral, generalmente obtenidas en la autopsia.
El promedio de vida de los pacientes con esta enfermedad es de 7 a 10 años, aunque existen casos en los que se llega antes a la etapa terminal, entre 4 y 5 años.
El Alzheimer no tiene cura pero se puede reducir el riesgo de padecerla
Esta es una de las enfermedades que no tienen cura definitiva, sino que existen tratamientos que intentan reducir el grado de progresión de la enfermedad y sus síntomas. El tratamiento disponible se puede dividir en farmacológico, psicosocial y cuidados.
Las diferentes medidas que se pueden tomar para prevenir o retardar la aparición de la enfermedad de Alzheimer han tenido resultados contradictorios y no se ha comprobado aún una relación causal entre los factores de riesgo y la enfermedad, ni se han atribuido a efectos secundarios específicos.
Aún así, realizar distintas actividades intelectuales como el ajedrez, la lectura, completar crucigramas, entre otras, y llevar una dieta sana y equilibrada puede prevenir o retardar la enfermedad.
Los famosos también son víctimas
Toda la humanidad está expuesta a la enfermedad, así que los personajes famosos también pueden tenerla. Tenemos como ejemplo en nuestro país al ex presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, que lleva con la enfermedad desde el año 2003. Suárez no reconoce a nadie ni recuerda que ha sido presidente, sólo responde a estímulos afectivos.
Pasquall Maragall, el ex presidente de la Generalitat de Cataluña, también sufre la enfermedad, desde hace 4 años y en la actualidad sigue luchando contra ella.
El alzheimer es una enfermedad en la que morimos en el momento en que perdemos los recuerdos, sin memoria pierdes tu identidad
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27/01/2011