La catedrática Carmen Junqué, que participa en el ciclo de ponencias 'Actualización en trastornos del desarrollo infantil. Una aproximación psicobiológica' de los cursos de verano que la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) imparte en Baeza, ha asegurado que la neuropsicología infantil está "empezando a implantarse en España".
Esta disciplina, que se encarga de analizar la base neurológica de la conducta y de los trastornos mentales, tiene aún escasa presencia en los planes universitarios. "Se encuentra como asignatura optativa en las facultades de Psicología. En Medicina ni siquiera se cursa", afirma Junqué.
En España la neuropsicología comenzó a desarrollarse en el tratamiento de trastornos de la edad adulta, "pero ha costado mucho esfuerzo que estos estudios se apliquen al análisis de las disfunciones en la lectura, la escritura o el cálculo, ya que no se trata de lesiones cerebrales", sostiene la investigadora en una entrevista concedida a Europa Press.
Junqué defiende su especialidad, todavía no reconocida en el país, cuando "tendría que ser obligatoria en el diagnóstico y tratamiento de niños con trastornos de desarrollo, porque muchos de ellos pueden tener disfunciones cerebrales, no necesariamente lesiones, pero sí un defecto de maduración, o podemos encontrarnos con que las condiciones ambientales hayan configurado un cerebro poco eficiente".
"La neuropsicología permite una reorganización del cerebro, un cambio en la manera de procesar la información", ha explicado Junqué quien es coordinadora del grupo de investigación Neuropsicología, financiado por la Generalitat de Catalunya desde 1995, y ha recibido de manos de dicha institución la distinción como investigadora senior.
Por otra parte, la experta se lamenta de la "batalla de competencias" que, a su juicio, existe actualmente entre los neuropsicólogos y los psicólogos clínicos.
"Una persona puede haber cursado la carrera de psicología clínica y no tener ninguna formación en neuropsicología, porque en el hospital donde llevara a cabo su formación no haya análisis de este tipo. En ese caso estaría ejerciendo una persona sin conocimientos y sin prácticas, aunque tenga un título superior", señala la ponente.
EN LOS CENTROS EDUCATIVOS
En un horizonte "muy lejano" se vislumbra la colaboración de los neuropsicólogos con los centros educativos. "Probablemente se haga realidad como ayuda para patologías muy puntuales, como la dislexia", ha augurado la ponente.
Por ahora, su especialidad encuentra su máxima expansión en los servicios de pediatría, sobre todo en el tratamiento de los niños prematuros, puesto que hay "una mayor conciencia de los padres".
Precisamente, Junqué departió en Baeza sobre las alteraciones cerebrales y cognitivas asociadas a la prematuridad. Por el hecho de que un niño sea prematuro, ha explicado la investigadora, "ya tiene riesgo de padecer trastornos del desarrollo infantil y lesiones cerebrales".
"Alrededor de un 30 por ciento de los prematuros sufren lesiones. Se han descubierto, empleando técnicas de neuroimagen sofisticadas, cerebros menos desarrollados que los del resto de niños, aunque no hubiese hemorragias", ha añadido. No obstante, señala Junqué, "estas lesiones se pueden compensar, reorganizando el cerebro. Los niños pueden progresar y situarse en niveles normales de desarrollo en edad adulta".
http://www.europapress.es
27/08/2010