La dislexia es un trastorno de lectoescritura, en el que la persona tiene dificultades para leer, escribir y entender lo que lee. Entre 3 y 10% de la población puede tener este problema, informó Francisco Romo Nava, médico adscrito a la Clínica de Trastornos Afectivos del Instituto Nacional de Psiquiatría “Doctor Ramón de la Fuente”.
Aunque no hay un determinante de la dislexia, el especialista dijo que una de las principales causas es el factor genético e incluso hay familias que tienen más de un miembro con este problema. Otra teoría es que hay una mala integración entre las diferentes áreas del cerebro que son necesarias para poder leer.
El especialista dijo que este trastorno de la lectoescritura se puede acompañar de otros problemas en el aprendizaje, por ejemplo, en el área de las matemáticas.
También se ha visto que diferentes enfermedades desde el nacimiento o congénitas tienen alteraciones estructurales y malformaciones en el cerebro que pueden causar la dislexia.
Se detecta cuando los niños empiezan a leer, es decir, entre los cinco y siete años, confunden las letras, los números, además hay omisión, muchas veces no reconocen las palabras o las letras en los textos, lo que conlleva bajo nivel académico.
Aclaró que hasta cierto punto es normal que a un niño se le dificulte aprender a leer o escribir, sin embargo, si esto se prolonga después de los siete años, entonces puede ser dislexia.
Se ha visto cierta predisposición a padecer dislexia en las personas zurdas y particularmente a quienes se les obligó a ser diestros, esto se debe a que el hemisferio derecho del cerebro controla el cuerpo izquierdo y viceversa.
En la mayoría de los seres humanos el hemisferio dominante es el derecho, cuando hay alguna alteración en este lado se puede provocar este problema.
Es una alteración que se mantiene durante toda la vida, por ello, lo más importante es que el paciente aprenda y conozca su deficiencia para que lo pueda superar.
El tratamiento es prolongado, pero primero se debe descartar que no exista alguna otra patología o enfermedad como el trastorno por déficit de atención. Aunque existe la posibilidad de que se combinen los padecimientos y, por lo tanto se deben atender las dos problemáticas.
Francisco Romo comentó que el tratamiento principal es la terapia de aprendizaje para que el niño se dé cuenta de los errores que comete en la lectura, por ejemplo, si dice una palabra fuera de contexto cuando lee, debe analizarlo y aprender a darle significado coherente.
Es importante que al leer sigan el texto con el dedo para que no se brinquen renglones y realicen lecturas que les agraden.
Es necesario elevar también su autoestima porque es frecuente que se les acuse de no poner de su parte para aprender, no son aceptados, se les exige más de lo que pueden dar, y eso les puede causar depresión, por lo que los padres de familia y maestros deben ser tolerantes y permitir que aprendan a su ritmo, enfatizó.
Por lo anterior, dijo, es necesario entender que no hay tratamiento curativo y que el diagnóstico es clínico, es decir, no hay un examen para detectar la dislexia, se necesitan diferentes valoraciones y pruebas neuropsicológicas, neuropedagógicas o pedagógicas para conocer la capacidad de lectoescritura y aprendizaje de los niños.
http://laverdad.com.mx
6/08/2010