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Víctor Rojas Ustáriz, de 88 años, es una de las 25 personas registradas como enfermo de Alzheimer en nuestro departamento. Su mal fue detectado hace cuatro años, cuando sufrió una profunda crisis que afectó a sus familiares, quienes lo llegaron a desconocer por las actitudes y el grado de violencia que tenía.
Enfermero de profesión, Rojas es padre de cuatro hijos y aún se encuentra casado; sin embargo, su enfermedad casi desintegró la familia, debido a que tres de sus hijos no aceptan el mal y su esposa, que fue víctima de varias agresiones y acusaciones, estuvo a punto de suicidarse.
La hija, Rosario Rojas, comenta que su padre no es consciente de la enfermedad, no sabe lo que está pasando; don Víctor les ha dado grandes sustos, ya que el Alzheimer, caracterizada por la pérdida de memoria y la agresividad, ha provocado que él se olvide el 95% de las cosas que sabe.
“Hemos identificado la enfermedad por prescripción, si no lo llevábamos al médico, jamás hubiéramos sabido que tenía Alzheimer. Antes de que esto suceda mi familia tuvo que pasar por momentos muy críticos, pues desconocíamos por qué mi papa mentía o tomaba actitudes muy negativas contra mi madre”, recordó la hija, a tiempo de explicar que el Alzheimer atacó más a la familia que al enfermo.
Aunque Victor Rojas recibe una serie de medicamentos que lo ayudan a controlar su agresividad y es atendido periódicamente por un psiquiatra, no puede realizar ningún tipo de actividad por sí solo; pues el daño en el cerebro, que le provocó la enfermedad, puede ocasionar que el enfermo se olvide de masticar, inclusive de respirar, aunque la mayoría de los diagnosticados fallecieron por otras enfermedades.
“La atención de una persona con Alzheimer es constante, la dedicación y cuidado son de 24 horas; mi papá se podría levantar, por ejemplo, a las 2:00 a 3:00 de la mañana y vestirse como si fuera de día; incluso, cuando está en la casa, él piensa que está trabajando en alguna empresa y nos pregunta quiénes somos”, dijo Rosario, quien expresó el sentimiento de dolor de los familiares que enfrentan la enfermedad.
No tiene cura
El Alzheimer es una enfermedad neurodegenerativa que se manifiesta como deterioro cognitivo y trastornos conductuales. Se caracteriza, en su forma típica, por una pérdida progresiva de la memoria y de otras capacidades mentales a medida que las células nerviosas o neuronas mueren y diferentes zonas del cerebro se atrofian.
La enfermedad no tiene cura, pero algunos tratamientos pueden mejorar la calidad de vida del paciente, así lo asegura la terapeuta, Ximena Badani, quien trabaja hace 15 años con enfermos de Alzheimer.
“El tratamiento para Alzheimer está avanzando, hay medicamentos que logran parar la pérdida de memoria, pero no al cien por ciento, también se reduce la agresividad con ayuda psiquiátrica. Se puede ofrecer una mejor calidad de vida a estos pacientes ofreciéndoles lugares, centros especializados de atención, donde puedan realizar actividades, porque ellos necesitan el cuidado y paciencia, no sólo de la familia, sino también del personal que trabaja con ellos”, señaló.
Badani indicó que existen juegos para ayudar a recordar a los pacientes la hora, los nombres de los familiares, su lugar de procedencia, dónde viven; “los juegos son de mucha utilidad para ejercitar la memoria”, acotó.
http://www.opinion.com.bo
4/02/2009