!-- Google tag (gtag.js) -->
Emprendieron hace dos meses un viaje del que esperan regresar con aires renovados. Buscan arrojar en alta mar sus desequlibrios emocionales, su fracaso escolar, sus problemas con la Justicia o con las drogas. Ocho adolescentes con dificultades de integración social -entre los que se encuentran cuatro guipuzcoanos de Arrasate, Bergara, Mendaro y Donostia- toman parte en una experiencia novedosa que tiene el mar como terapia. Enrolados en el velero Urdaneta, realizan una travesía de un año de duración que les llevará de la Bayona francesa a la Bayona de Pontevedra, haciendo escala en diversos puertos de la costa cantábrica. El objetivo: lograr su reinserción en su entorno una vez finalizada la terapia, dirigida por el colectivo Urdanetakoak, en colaboración con la asociación pasaitarra Itsas Gela, que preside Luis Lasurtegi.
Ayer hicieron una parada en Donostia y hoy visitarán de nuevo Hondarribia. Durante toda la jornada, la goleta turca en la que viven estuvo fondeada en la bahía de la Concha. En ella, los siete jóvenes con edades comprendidas entre los 16 y los 18 años, «a los que se les incorporará en breve otro adolescente de Burdeos», aprenden a convivir. Pero no están solos. Además del capitán, un mecánico y un marinero, un completo equipo dirigido por el psicoterapeuta José Barrio se ocupa de encauzar el esfuerzo de los adolescentes. Les acompaña una músico terapeuta, dos psicólogas y un profesor de informática que les formará en la obtención de un título de técnico operario en reparación de material informático.
Todo a bordo
Todo ocurre en el reducido entorno del barco. La goleta, de 24 metros de eslora, está compuesta por nueve camarotes, un amplio comedor y un salón. En ella se escucha y se habla francés, euskera, castellano y árabe, puesto que uno de los jóvenes es de origen marroquí.
«Las clases se ejecutan con los ordenadores que hay a bordo. También realizan actividades de yoga, musicoterapia, aromaterapia... Lo importante es que siempre tengan algo que hacer y cumplan unos horarios», afirma Verónica Vives, terapeuta.
¿Y si hay conflictos? «Todas las noches hay una sesión de resolución de conflictos en una terapia de grupo en la que se habla de los problemas que han podido surgir durante el día», añaden.
A pesar de «momentos de crisis», la experiencia «está siendo positiva» y ya se «está notando mejoría en el comportamiento y estabilidad emocional de los adolescentes».
Pero no todo es terapia. En el Urdaneta también tienen tiempo de a prender el oficio de grumete a las órdenes de Íñigo González, el capitán del barco. «Ayudaron en la puesta a punto del velero y ya están aprendiendo a izar las velas», afirma.
También hay momentos para dar paseos por los puertos que visitan y para llamar y visitar a sus familias. «Algunos proceden de hogares desestructurados que han pedido ayuda para reencauzar el comportamiento del joven», afirma la psicóloga.
La experiencia, puesta ya en marcha en Francia con buen resultado, está subvencionada entre otros por el Gobierno Vasco, Diputación de Gipuzkoa y Consejo de Pyrenées Atlantiques. Además, será objeto de un documental dirigido por Ángel Amigo, conocido guionista y productor cinematográfico.
Diario Vasco
23/11/2007